Hoy mi post va a ser compartir con vosotros varias imágenes que me parecen formidables. La primera es un retrato. La ejecución de esta obra roza la obra maestra. El artista ha sabido transmitir una insuperable pureza en la mirada. Los tonos del cuadro son de una suavidad magistral. Al mismo tiempo el retrato respira una serenidad como pocas veces he visto. Realmente, esta obra no es la repetición de lo visto en tantas otras. Es una pintura nueva, fresca y digna del mayor aplauso.
La siguiente obra es un capitel de una catedral donde estuve en mi último viaje a Nueva York, la catedral episcopaliana de San Juan el Divino. Es difícil plasmar toda una ciudad en un capitel, y hacerlo de un modo moderno. Cuando encontré este capitel en la fachada, me quedé admirándolo un rato. Aunque son tantas las cosas que hay que admirar en la estatuaria de esa catedral, que esto es sólo un mínimo detalle entre tantos. 
La tercera obbra es una iluminación medieval, me gustó ver cómo aquel lejano artista había reflejado esa escena de un modo colorista y alegre. Detallista pero con una gran economía de dibujos. 
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