septiembre 2018

16:29
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Además de las celebraciones parroquiales he celebrado también en la Parroquia de San Martín de Albelda, sustituyendo a su párroco para que pudiera acompañar al nuevo sacerdote Alfonso, que tomaba posesión de las parroquias de Villoslada y demás pueblos. Y aún he celebrado un entierro por la tarde. Un domingo para dar mucha gloria a Dios y disfrutar de la variada y rica vida parroquial. La foto es de la iglesia de Albelda en una celebración parecida a la de hoy.

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Hoy se cumplen 30 años de la película Cinema Paradiso. ¿Cuál es mi opinión acerca de esa película? Pues es la misma opinión que tengo acerca de los pasteles de boda. Esos pasteles que rezuman azúcar por todas partes. Ves diez minutos de esa película y ya estás empalagado para todo el día. Es un cine no apto para diabéticos. Lo mismo que La vida es bella. Me alegra sinceramente que alguien pueda ver esa película de Roberto Begnini. La capacidad para aguantar un saco entero de azúcar tomado cucharada a cucharada, sin misericordia, sin pan, sin untarlo en nada, me parece increíble. Cinematográficamente, ambas películas me parecen un perfecto aburrimiento.

Justamente hoy he comenzado a ver, al menos es la tercera vez, Lo que queda del día. Qué diferencia entre el gran cine y un pastel de boda relleno de quince kilos de nata. Comencé a ver la semana pasada La jungla de asfalto. Me decepcionó. No pasé del principio.

Qué diferencia entre una película aburrida y sin interés alguno, y las llamas que salen de las chimeneas reflejadas en la córnea de un ojo en Blade Runner, o la elegancia de todos y cada uno de los planos del metraje de Memorias de una geisha. Aquí en España conozco a varios directores óptimos Calparsoro, Pablo Berger y otros. Pero parece que hay un gran interés en tirar el dinero con malos directores.

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08:12


Lunes 01 de Septiembre de 2018
Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora
Memoria. Blanco.

Comienza el Mes del Rosario. Día Internacional del Adulto Mayor.

Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre († 1897). Fecha de canonización: 17 de mayo de 1925, por el Papa Pío XI.

Antífona de entrada          Cf. Deut 32, 10-12
El Señor la rodeó y la cuidó, la protegió como la pupila de sus ojos. Como el águila extendió sus alas, la tomó consigo y la llevó sobre sus plumas; el Señor solo la condujo.

Oración colecta     
Señor Dios, que has preparado tu reino para los humildes y pequeños, ayúdanos a seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que, con su intercesión, podamos contemplar tu gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


Oración sobre las ofrendas        
Señor, te proclamamos admirable en la conmemoración de santa Teresa del Niño Jesús, y te pedimos humildemente que, así como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Mt 18, 3
Si no se convierten y no se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.

Oración después de la comunión
El sacramento que recibimos, Padre, encienda en nosotros aquel fuego de amor con el que santa Teresa del Niño Jesús se entregó a ti, implorando para todos tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Jb 1, 6-22
Lectura del libro de Job.
El día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante del Señor, también el Adversario estaba en medio de ellos. El Señor le dijo: “¿De dónde vienes?” El Adversario respondió al Señor: “De rondar por la tierra, yendo de aquí para allá”. Entonces el Señor le dijo: “¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal”. Pero el Adversario le respondió: “¡No por nada teme Job al Señor! ¿Acaso tú no has puesto un cerco protector alrededor de él, de su casa y de todo lo que posee? Tú has bendecido la obra de sus manos y su hacienda se ha esparcido por todo el país. Pero extiende tu mano y tócalo en lo que posee: ¡seguro que te maldecirá en la cara!” El Señor dijo al Adversario: “Está bien. Todo lo que le pertenece está en tu poder, pero no pongas tu mano sobre él”. Y el Adversario se alejó de la presencia del Señor. El día en que sus hijos e hijas estaban comiendo y bebiendo en la casa del hermano mayor, llegó un mensajero y dijo a Job: “Los bueyes estaban arando y las asnas pastaban cerca de ellos, cuando de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo sólo pude escapar para traerte la noticia”. Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Cayó del cielo fuego de Dios, e hizo arder a las ovejas y a los servidores hasta consumirlos. Yo sólo pude escapar para traerte la noticia”. Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo sólo pude escapar para traerte la noticia”. Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Tus hijos y tus hijas comían y bebían en la casa de su hermano mayor, y de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Ésta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo sólo pude escapar para traerte la noticia”. Entonces Job se levantó y rasgó su manto; se rapó la cabeza, se postró con el rostro en tierra y exclamó: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allí. El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó, ¡bendito sea el Nombre del Señor!”. En todo esto, Job no pecó ni dijo nada indigno contra Dios.
Palabra de Dios.

Comentario
La antigua doctrina de la retribución planteaba que Dios premiaba siempre a los buenos con recompensas en esta tierra. Sin embargo, la realidad desmiente este pensamiento: hay mucha gente buena, como Job, a la cual le pasan cosas malas. Ninguna vida está exenta de desgracias y sufrimientos. Job, aunque no entiende, acepta: su vida está puesta en Dios.

Sal 16, 1-3d. 6-7
R. ¡Inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras!

Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. R.

Tú me harás justicia, porque tus ojos ven lo que es recto: si examinas mi corazón y me visitas por las noches, si me pruebas al fuego, no encontrarás malicia en mí. R.

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Muestra las maravillas de tu gracia, tú que salvas de los agresores a los que buscan refugio a tu derecha. R.

Aleluya        Mc 10, 45
Aleluya. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluya.

Evangelio     Lc 9, 46-50
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquél que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ése es el más grande”. Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros”. Pero Jesús le dijo: “No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes”.
Palabra del Señor.

Comentario
Nos guiamos por apariencias y prejuicios. Y Jesús se empecina en que veamos lo que él ve en quienes son tenidos en menos, en quienes parecen que no valen nada, en quienes no pueden siquiera opinar.

Oración 
Dios mío, permite que tenga este rato de oración con la sencillez, la confianza y la docilidad del corazón de un niño, consciente de mi pequeñez, de mi fragilidad y necesidad de dependencia, por ello te suplico, ven Espíritu Santo. 

Petición
Señor, ayúdame a llevar a la práctica todas las enseñanzas que me deja tu Palabra.

Meditación 

En esta ocasión, los discípulos también se preocupan por saber quién sería el mayor de entre ellos. Suele suceder que en un grupo humano siempre hay uno o unos pocos que mandan y que en definitiva son los importantes. Los importantes en este mundo ocupan los primeros puestos, tienen muchos servidores a su disposición y quieren que se les tome en cuenta. 

Cristo conocía el corazón humano y conocía el corazón de sus doce pescadores. Por ello, les previene de la forma más sencilla, a través del ejemplo de un niño. Porque si hay alguien en esta vida que nos da ejemplo de sencillez, naturalidad, candidez, franqueza son los niños. Quien sino ellos son el ejemplo auténtico de humildad de espíritu. 

Por tanto, recibir a un niño en medio de nosotros significa acoger en nuestro corazón todas las virtudes que él representa. Y del mismo modo si queremos llegar a Cristo no nos queda otro camino más que el de la sencillez y humildad, el del servicio desinteresado a nuestro prójimo y en definitiva el camino de hacernos pequeños ante los demás que significa cortar todo engreimiento, vanidad y presunción delante de nuestro prójimo, y vivir para los demás olvidado totalmente de uno mismo.

¿Pero qué significa "ser pequeños", sencillos? ¿Cuál es la pequeñez que abre al hombre a la intimidad filial con Dios y a acoger su voluntad? ¿Cuál debe ser la actitud de base de nuestra oración? Observemos el Discurso de la Montaña donde Jesús afirma: "Bienaventurados los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios". Es la pureza del corazón la que permite reconocer el rostro de Dios en Jesucristo; y tener el corazón sencillo como el de los niños, sin la presunción de quien se cierra en sí mismo, pensando que no necesita a nadie, ni siquiera a Dios. 

En cuántas instituciones se da una lucha despiadada en las personas por subir de rango en su trabajo. También a los discípulos de Jesús les surgían estos aires de posesión que tiene todo hombre, por eso le preguntan a Cristo quién será el primero en le reino de los cielos. Sin embargo, Jesús les saca de dudas respondiéndoles que aquel que sea como un niño. Respuesta un poco desconcertante porque todos eran ya mayores de edad y como que eso de volver a las cosas de niño no se vería muy bien en ellos. Obviamente, Jesús se refería a ser como niños en el espíritu, porque si alguien nos da ejemplo de inocencia, sencillez, pureza, sinceridad, cariño son precisamente los niños. En ellos no se da la doblez, morbosidad, envidia que desgraciadamente florece en algunas personas mayores. Los niños conquistan a todo mundo precisamente por su espontaneidad e ingenuidad que nace de su sencillez. 

Que este evangelio sea una invitación a mirar la intención por la que buscamos las virtudes espirituales. Si es por amor a nosotros mismos, para que nos vean las demás personas, para que vean lo bueno que somos, o si las buscamos para crecer en nuestra vida espiritual con esa sencillez con la que se dirige un niño a sus padres. 

Pidamos a Cristo la gracia de ganarnos el primer puesto en el reino de los cielos por nuestra sencillez y sinceridad en el momento de servir a los demás. 

Propósito
Confiar humildemente en que, unido a Cristo, puedo alcanzar la santidad con la sencillez de un niño. 

Diálogo con Cristo


Jesús, Tú alabas la sencillez, la pureza, la apertura y la docilidad de los niños. Me pongo de rodillas y te digo que quiero ser una persona casta, pura, que pueda mirar directamente a los demás, con respeto y con amor fraterno. 

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Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre († 1897). Fecha de canonización: 17 de mayo de 1925, por el Papa Pío XI


María Francisca Teresa Martín Guérin nace en Alenzón, en francés Alençon, Normandía, al noroeste de Francia el 2 de enero de 1873. Era la menor de sus hermanos. Sus padres, Luis Martín y María Celia Guérin han sido declarados beatos por la Iglesia Católica. Y actualmente hay abierto proceso de beatificación para su hermana Leonia (ved más abajo), así como previsible para las otras hermanas.

Sintió la vocación religiosa desde muy pequeña, en la que ya venía pensando en ser llamada "Teresa del Niño Jesús". En una visita al convento, la Madre Priora le dijo, sin que Teresa lo haya nunca mencionado: "cuando vengas a vivir con nosotras, mi querida hija, os llamaréis Teresa del Niño Jesús", lo cual la Santa interpretó como "una delicadeza de mi amado Niño Jesús". Cuando contaba 14 años tomó ya la resolución de convertirse en religiosa.

Tuvo muchos inconvenientes para su entrada al convento. Esto llevó a Don Luis Martín y a Teresa a conversar con el Padre superior, quien también se negó, de ahí con el Sr. Obispo de su diócesis, que tampoco aceptó y finalmente decidió ir en persona, tenía 15 años, a hablar con el Sumo Pontífice a Roma, para aquel entonces León XIII, quien le recomendó obedecer las instrucciones de sus superiores.

Finalmente le llegó el permiso solicitado al Papa y es en el día 9 de abril de 1888 que es recibida por fin en el Ministerio del Carmelo de Lisieux, tres meses después de su petición al Papa, por lo tanto con sólo 15 años de edad. En dicha ciudad vivía desde los 4 años, pues tras la muerte de su madre toda su familia se trasladó allí a vivir.

En su vida dio gran valor a la oración y a los pequeños actos. Sufrió la prueba de la fe desde el 5 de abril de 1896, hasta su muerte, tras unos meses de terribles padecimientos. Sus últimas palabras fueron: "Oh, le amo...", mirando a su crucifijo; y un instante después: "¡Dios mío... os amo!".

El centro de su espiritualidad fue la misericordia y el amor de Dios. Por encima de todo antepone siempre la misericordia divina, ante la cual confía y nada hay que temer. Ante todo, Dios es Padre; y Jesús es su Hijo misericordioso. Escribió: "¡Oh Jesús!... estoy segura de que, si por un imposible, encontraras un alma más débil, más pequeña que la mía, te complacerías en colmarla de favores aún más grandes, si ella se abandona con entera confianza a tu misericordia infinita." (manuscrito "B").

En una carta escrita el 17 de septiembre de 1896 a su hermana escribe la frase que resume el mensaje e ideario de Teresa, sus ideas y pensamientos más arraigados, el motor de su existencia: "La confianza, y nada más que la confianza, es la que debe conducirnos al amor de Dios". Se ha vinculado su espiritualidad con la de la santa contemporánea Faustina Kowalska (devoción a la Divina Misericordia).[cita requerida]

Su doctrina habla de que son los sencillos actos, hechos con amor, el camino hacia la santificación: «La santidad no consiste en esta o la otra práctica, sino en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños entre los brazos de Dios, conscientes de nuestra flaqueza y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre.»[cita requerida].

No se arredró ante el sufrimiento ni físico ni moral, que consideró era el tesoro más valioso que podía ofrecer a Jesús y nos hace copartícipes de su gloriosa Pasión.


Enferma de tuberculosis pulmonar, su estado de salud empeoró gravemente durante el último año. A lo largo de los dos últimos meses comenzó la etapa de grandes sufrimientos, apenas podía respirar, pues sólo le quedaba medianamente servible medio pulmón, y después de dos días de penosa agonía muere a las 19 horas 20 minutos, del 30 de septiembre de 1897, permaneciendo durante sus últimos instantes en una suerte de éxtasis, pudo erguirse levemente, su rostro recuperó el suave color que le era natural, un pequeño crucifijo en sus manos, la mirada dulcemente fijada cerca de una estatua de la Santísima Virgen que habían instalado enfrente de ella.

En 1923 es beatificada y en 1925 canonizada. En 1927 es proclamada patrona de las misiones pese a no haber abandonado nunca el convento, pero siempre rezaba por los misioneros y siempre fue su deseo ardiente el serlo hasta en los últimos confines de la tierra. En 1997 el Papa Juan Pablo II la proclama Doctora de la Iglesia, siendo la tercera mujer en recibir ese título y es conocida como "Doctora del Amor". Anteriormente habían sido declaradas doctoras Santa Teresa de Jesús, también carmelita, y Santa Catalina de Siena. La Festividad de Santa Teresa de Lisieux es el 1 de octubre.

Considerada por Pio XI como "la estrella de su pontificado", fue rápidamente beatificada y canonizada, declarada santa patrona universal de las Misiones, a igual título que San Francisco Javier y patrona secundaria de Francia, a igual título que Santa Juana de Arco. (La patrona principal de Francia es Nuestra Señora de la Asunción). Otros títulos: Protectora de Rusia, patrona de los enfermos, de sida en particular, patrona de los aviadores, de los jardineros, etc.


Edificada en su honor, la Basílica de Santa Teresa, en Lisieux, es uno de los edificios religiosos más grandes de Francia y el segundo lugar de peregrinación más importante del país, después del Santuario de Lourdes.

La obra escrita de Santa Teresita no es muy extensa, sin embargo, presenta un claro interés espiritual, teológico y hasta antropológico. La obra que contiene la esencia de su espiritualidad, conocida como la "Pequeña Vía" que nos encamina hacia la "Infancia Espiritual", no obstante haber sido iniciada a manera de autobiografía, consta de tres manuscritos escritos por mandato de dos de sus superioras, que fueron publicados en un libro con el título de "Historia de un Alma". Además se cuenta con 274 cartas escritas a familiares y otras personas, poemas religiosos, algunas obras teatrales, textos dispersos y las palabras pronunciadas durante su larga agonía que fueron recogidas por sus hermanas, Paulina (Madre Inés de Jesús), María (Sor María del Sagrado Corazón) y Celina (Sor Genoveva de la Santa Faz y de Santa Teresa), así como textos de correspondencia de su prima María (Sor María de la Eucaristía), hacia sus padres y a la vez tíos de Teresa. Estas tres hermanas y la prima eran monjas en el mismo convento. La otra hermana de Teresa, Leonia (Sor Francisca-Teresa), era religiosa de la orden de la Visitación en Caen.

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OFICIO DE LECTURA - SÁBADO DE LA SEMANA XXVI - TIEMPO ORDINARIO

Del Común de vírgenes. Salterio II. 1 de octubre


SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS. (MEMORIA)

Nació en Alençon (Francia), el año 1873. Siendo aún muy joven, ingresó en el monasterio de carmelitas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y de obra, en las novicias. Murió el día 30 de septiembre del año 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. 

SEGUNDA LECTURA

De la Narración de la vida de santa Teresa del Niño Jesús, virgen, escrita por ella misma 
(« Manuscrits autobiographiques», Lisieux 1957, 227-229) 

EN El CORAZÓN DE LA IGLESIA, YO SERÉ El AMOR 

Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz.

Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: Aspirad a los dones más excelentes; yo quiero mostraros un camino todavía mucho mejor. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad.

Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido á mi misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno.

Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé:

«Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo y mi deseo se verá colmado.»

RESPONSORIO    Cf. Sal 20,4; cf. Jb 31, 18; cf. Ef 3, 18; Sal 30, 20 

R. Te adelantaste, Señor, a bendecirme con tu amor, el cual fue creciendo conmigo desde mi infancia; * y aun ahora no alcanzo a comprender la profundidad de tu amor. 
V. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles! 
R. y aun ahora no alcanzo a comprender la profundidad de tu amor.

ORACIÓN.

OREMOS,
Dios y Padre nuestro, que abres las puertas de tu reino a los pequeños y a los humildes, haz que sigamos confiadamente el camino de sencillez que siguió santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su intercesión, también nosotros lleguemos a descubrir aquella gloria que permanece escondida a los sabios y a los prudentes según el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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Frente a la mentalidad exclusivista, de partido único, que lleva a rechazar o a desacreditar formas distintas de actuar en la Iglesia a las que, por formación o inclinación uno sostiene, Jesús nos recuerda hoy la apertura de espíritu, el corazón católico, universal, que no confunde la unidad con la uniformidad.
 ”¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!”, contesta Moisés a Josué . Y Jesús a los suyos, cuando quisieron prohibirle a uno su actuación porque “no es de los nuestros”, les dijo: “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede hablar mal de mí”.

A veces, esta mentalidad se concreta en desacreditar instituciones de la Iglesia que se dedican sólo a la oración y la penitencia en un monasterio, o al estudio, al cuidado de los ancianos y enfermos, a la enseñanza, a los pobres, a los cautivos..., siguiendo el espíritu que cada familia religiosa o cada persona ha recibido de Dios. 
El espíritu sopla donde quiere, dice el Señor (cf Jn 3,7). No pretendamos encerrar el viento porque es imposible. Si entendemos bien lo que es la Iglesia y tenemos el espíritu de Cristo, nos alegraremos de que el Señor sea anunciado de formas tan diversas, expresando, así también, la catolicidad de la Iglesia, su entraña universal.
La Iglesia es un gran cuerpo en el que Cristo es la cabeza, nosotros sus miembros y quien lo anima es el Espíritu Santo. “He ahí al Cristo total, cabeza y cuerpo, uno solo formado de muchos... Sea la cabeza la que hable, sean los miembros, es Cristo el que habla”, afirma S. Agustín. 
En un cuerpo hay distintos miembros y cada uno tiene su función específica al servicio del organismo entero. Censurar al corazón, pongamos por caso, porque no anda o no ve porque para eso ya están los pies y los ojos, es una simpleza. 
Por lo demás, también el corazón vuela y ve, hay lugares a los que llega antes que los pies y cosas que percibe incluso mejor que los ojos. En realidad, y por continuar con el ejemplo, quien ve y anda es la persona. Quien actúa en la Iglesia es el Señor, el Cristo Total, valiéndose de la multitud de miembros de su Cuerpo.
La Iglesia es una realidad querida por Dios de una riqueza imposible de encerrar en una imagen. La Sagrada Escritura emplea una gran profusión de ellas “tomadas de la vida de los pastores, de la agricultura, de la construcción, incluso de la familia y del matrimonio” (LG, 6), que revelan la imposibilidad de abarcar su misteriosa riqueza. 
La Iglesia es redil cuya única puerta es Cristo (cf Jn 10, 11); es labranza o campo de Dios (cf 1 Co 3, 9); es construcción de Dios (cf 1 Co 3, 9) de la que Cristo es la piedra angular (cf Mt 21, 42) y nosotros piedras vivas (cf 1 Pe 2, 5); es familia (cf Ef 2, 19-22); es templo... Representaría una suerte de daltonismo interior no apreciar los distintos “colores” en los que se irisa esta piedra preciosa.
El Concilio Vaticano II recuerda que “en la construcción del Cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembros y de funciones. Es el mismo Espíritu el que, según su riqueza y las necesidades de los ministerios, distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia” (LG, 7). Amar a la Iglesia sin reduccionismos es alegrarse de esta diversidad, de la riqueza exuberante de este árbol plantado por Dios y en el que anidan aves de todos los tamaños y colores.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (Mc 9, 38-43.45.47-48)
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com


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16:03

Lo sabemos todos: Podemos es un resumen de lo peor. Pero, por si alguien se olvida, ellos mismos – los podemitas - nos lo recuerdan. El líder supremo de este partido dice de sí mismo, siempre, que es comunista.

Me cuesta mucho entender que alguien que se define como “comunista” tenga la cara dura de recriminarle a nadie una determinada conducta.

Yo no sé que exista, ni que haya existido en la historia, algo peor que el comunismo. Sea en la URSS, en China, en Corea, en Cuba… Donde han triunfado (los comunistas) han implantado el imperio del mal. Pero sí que han sido –eso hay que reconocerlo - muy hábiles a la hora de convertir sus crímenes en méritos.

Hitler era un tirano. Un asco de hombre y de político. Pero lo peor de Hitler, indirectamente, fue la legitimación de Stalin. Los comunistas de Stalin ayudaron a acabar con un régimen asesino como el de Hitler. ¿A qué precio? A uno muy alto, al precio de legitimar sus propios regímenes – comunistas –, de represión de las libertades y de asesinatos. Igual de malos, y hasta peores, que el de Hitler – un espanto de gobernante - .

Cuesta creer que media Europa haya estado sometida a esa tiranía. Y cuesta mucho más creer que, incluso hoy, si la tiranía es esa, se evalúa con mayor condescendencia. Si el asesino se llama Lenin, o Stalin, o Castro, sale gratis.

Si, en cambio, se habla de otros personajes históricos – por ejemplo, de Franco – uno se convierte en defensor de la peor de las dictaduras. Yo tenía muy pocos años cuando murió Franco. No soy franquista. No me gusta el Valle de los Caídos. Soy más o menos simpatizante de un liberalismo conservador.

Da igual lo que diga. Da igual. Contra Franco, vale todo. Contra Lenin, Stalin, Castro, Kim-Jong-Um… ya vale menos.

Por mí, que dejen a Franco en paz en el Valle de los Caídos. Ha gustado a muchos, a muchos otros no. Pero está muerto y en un lugar en donde no molesta a nadie. Si de mí dependiese, allí seguirían sus restos mortales.

Para otros, no vale. Otros añoran, son comunistas, lo digan o no, que haya un mausoleo en una Plaza Roja.

¿A quién irían a venerar? ¿Al nuevo Lenin, a Pablo Iglesias?

Bueno, no sé si Pablo Iglesias ha entendido del todo que, si él desea ser la nueva momia, ha de morirse. Con estas gentes de Podemos nunca se sabe. Solo cabe esperar de ellos lo mismo: Lo peor.

 

Guillermo Juan Morado.

 

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Es tan entretenido ver en youtube cómo se divierten los perros salchicha (los teckel), hay que ver en qué líos se meten. Esta raza, en especial, muestra una clara tendencia tanto a introducirse en cualquier túnel estrecho, como después a quedarse atorados.

También es muy entretenido ver el catálogo de estratagemas de los perros (de distintas razas) para no ser bañados. Cuánto odian el agua algunos de estos animalitos. Les comprendo perfectamente.

Otros vídeos que he disfrutado mucho son los que muestran al típico norteamericano que se encuentra una ardilla pequeñita abandonada y la cuida, otro compatriota se encuentra un cervatillo y lo cuida; águilas, búhos, tortugas de todo. Hay infinidad de vídeos así.

En España no hay ninguna posibilidad de que te encuentres en el back yard a un cervatillo. Principalmente, porque aquí no hay jardín trasero. A cambio, al pueblo norteamericano le falta el concepto de patio central donde señoras gordas con rulos en la cabeza cuelgan la ropa.

Ah, también están los vídeos de perros que se sienten culpables. Y también encontramos maravillosas compilaciones de gatos haciendo perrerías a los pobres inocentes perros.


Ah, y se me había olvidado la inolvidable compilación de gatos asustados por pepinos. ¿Qué rondará en el subconsciente de un gato para que les asusten tanto los pepinos?


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07:01

 Y a ver quién lo mejora, ¡anda! Porque esto son “verdades como puños". Desde siempre. Y vamos a hacer un somero recorrido, así como por encima, para demostrarlo, y darle la razón al autor del texto que da título al post, porque nada nos satisface más.

1. Nos situamos en Jerusalén, con Jesús viviendo allí sus últimos días, y donde está asentada la flor y nata del judaísmo ortodoxo. Judaísmo, que condena a muerte a Jesús tras tacharlo de blasfemo y rasgarse sus vestiduras el Sumo Pontífice, cuyo nombre no me merece la pena ahora. Y lo entregan a la autoridad invasora y oprimidora del pueblo judío -que ya es bajarse los pantalones-, para que haga su obra concienzudamente. Que la hacen, claro, no sin la presión conveniente por parte de los principales entre los judíos, con una “oferta” que ningún hombre sensato, por muy Pilatos que fuese -que lo era-, podría rechazar…

¿Por qué hacen eso con Jesús? ¿Les había hecho algún mal? Pues sí, señor. No está en los Evangelios, pero Jesús les debía dar -a los del sanedrían y acompañantes de la misma ralea- hasta en el carnet de identidad: vamos que no daban ni para aceite, vino y vendas ya: se estaban arruinando por las palizas que les daba Jesús. Y tuvieron que defenderse, “recíprocamente", de la hostilidad que no solo estaban soportando sino que, encima, no habían comenzado ellos: ¡eran abslutamente inocentes! Y ¡ya estaba bien!

2. Subimos un escalón en el tiempo y nos vamos a las persecuciones romanas contra los cristianos durante varios siglos: querían acabar con la Iglesia y con todos sus hijos: no dejar ni rastro. ¿Por qué? ¿Les habían hecho algún mal? Pues sí: ahí están los libros de historia y las actas de los mártires para confirmarlo. ¡Los cristianos les insultaban y los maltrataban -especialmente a los ciudadanos romanos-, ya de entrada con su forma de vida, que era un insulto moralmente insoportable para todos ellos: tenían una sola mujer o un solo marido; por supuesto, nada de barragana oficial; no mataban a los recién nacidos; no participaban de sus bacanales; atendían a los que tenían necesidad -pobres, enfermos, huérfanos, abandonados, viudas-…, vamos que había gente que estaba empezando a decir: “¡mirad cómo se quieren estos tíos!” y ¡es que muchos romanos se hacían católicos solo por eso!

Y claro: ¿y su colección de dioses, qué iban a decir? ¿Iban a estar contentos? ¡Seguro que, con lo cabr… que eran se lo  hacían pagar a modo! ¿Y no dar “culto” al Emperador? ¡Pero estos cristianos qué se han creído! ¡A las fieras con ellos! ¡O a convertirlos en antorchas humanas para alumbrar por las noches las calles de las ciudades! ¡Y a crucificarlos por todas partes, especialmente en los circos y en los caminos! Que ya estaba bien de insultos y desprecios morales, que son mucho peores -se sabe-  que los físicos; y había que defenderse, “reciprocamente” de estos bichos inhumanos y que no paraban de darte por todas partes.

3. Nos venimos al tiempo actual. ¿Cuántos miles de católicos han tenido que dejar sus casas, sus medios de supervivencia, sus raíces de siglos en países que luego fueron conquistados por los musulmanes, para escapar de una muerte segura, por anunciada? No sé si hay ya datos totales y fiables; pero no han sido 4 ó 5 familias, y eran además muy tiquismiquis. No creo.

Y en una vuelta más de tuerca: ¿Cuántos miles y miles de católicos han sido asesinados, algunos con torturas previas, sin distinción de sexo o de edad, por ejemplo, en esos mismos países? Bastantes miles. ¿Qué les habían hecho los católicos? Vivir en paz con todos los demás, fuesen musulmanes de cualquier orientación, curdos o lo que fuese,. ¡Insoportable! ¡Es que no eran como ellos, sus asesinos! ¡Había que defenderse, pues, y responder, “recíprocamente"! Y es lo que han hecho. ¿Cuántos musulmanes había matado los católicos? Ninguno, que se sepa. Pero… “recíprocamente” es lo que toca y lo que se lleva ahora.

4. Y vamos con los chinos. Con los CATÓLICOS CHINOS DE TODA LA VIDA, ¡no con la morrala “patriotica” de adhesión única y por encima de todo al lider de turno que les da de comer!.

Los católicos chinos han sembrado su historia de mártires, antes y después del régimen comunista. Y como “la sangre de los mártires es semilla de nuevos católicos", pues ahí están los católicos, en la clandestinidad, sufriendo lo indecible -lo que no se puede comprender desde aquí si no se conoce esa realidad de primera mano-: ¡los del régimen institucional no han podido con ellos! Y no será porque no lo han intentado, y de todas las formas posibles.

Ahora, se les va a “probar” con una nueva vuelta de turca: una “prueba” que era impensable hace solo seis años atrás: desde Roma se les pide, que se fíen de un “compromiso” o “pacto” bilateral, entre la altísima y sutil diplomacia vaticana -más vaticaca y más sutil cuanto más márxismo hay por medio- de la Iglesia Católica y el gobierno marxista chino, pero “SECRETO": NO HA SIDO PUBLICADO; y no parece que lo vaya a ser en los próximos tiempos, sino ad calengas grecas. O “largo me lo fiáis".

¿Motivos? El gobierno marxista chino estaba ya hasta el gorro de aparecer ante el mundo como el “malo” de la película; cuando ya se sabe que en China por no haber no hay ni pena de muerte: allí se mata sin pena; y sin gloria, claro. Y luego, para recuperar algo de la inversión, el reo tiene que pagar la bala con la que le matan; y, además, venden los órganos a entidades que son especialmente escrupulosas con la procedencia de lo que compran: por eso solo compran en el “mercado oficial chino", que les da todas las garantías de que no va a haber reclamación alguna por su parte.

¿Más motivos? En Roma, da toda la impresión de que, últimamente, estaban hasta el gorro de estos católicos, con su Jerarquía al frente, que preferían ser MÁRTIRES antes que hablar, dialogar, buscar compromisos, pactar, cohonestar, ceder, perder sus señas de identidad, diluirse, dejar de ser católicos de verdad para serlo solo de boquilla… ¡y romper, de una vez por todas, esa “tradición” de “hostil reciprocidad” que les ha caracterizado frente al poder gubernativo chino!

Y entonces, ¿que ellos no quieren pactar? ¡Pues ya lo hacemos nosotros desde aquí! ¿No somos su Jerarquía Seprema? ¡Pues a callar, y que obedezcan! Se les acusa, además y para más escarnio, de “hostilidad” declarada frente al poder establecido, ¡y ya está más que justificada la componenda y la rendición total!

Amén. Pero así están las cosas. Y en la mejor tradición con la “letra” y el “espíritu” del CV II.

Y recen por mí. Muchas gracias.

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