junio 2013


Llevo pasando años por encima de la losa de la sepultura del Cardenal Alfonso de Carrillo en la catedral de mi diócesis. Y hasta hace pocos días no he leído su vida (siglo XV) con algo de detalle. Qué vida, lo tiene todo: vida en iglesias y castillos, amor al mando, guerras, terquedad, ambición, alquimia, mezcla de lo espiritual y de lo humano, de lo eclesiástico y las cuestiones dinásticas. Es lo que siempre digo, para pecadores los de antes. Antes eran pecadores con fuste, pecadores de tomo y lomo.

Cualquier novelista que quiera escribir una novela sobre su vida, la tiene ya escrita. Sólo tiene que limitarse a ir contando su existencia año tras años. Seguro que cualquier escritor sabrá simplificar esa interesante vida para hacerla comprensible al nivel de un musical.


Eso es lo que me gusta de los novelistas actuales, su capacidad para transformar una interesante vida en algo comprensible para todos. Es decir, en un libro para torpes.


Yo, personalmente, estoy contra el pecado. Pero, cinematograficamente, prefiero Julios II al estilo de El Tormento y el Éxtasis.




Llevo pasando años por encima de la losa de la sepultura del Cardenal Alfonso de Carrillo en la catedral de mi diócesis. Y hasta hace pocos días no he leído su vida (siglo XV) con algo de detalle. Qué vida, lo tiene todo: vida en iglesias y castillos, amor al mando, guerras, terquedad, ambición, alquimia, mezcla de lo espiritual y de lo humano, de lo eclesiástico y las cuestiones dinásticas. Es lo que siempre digo, para pecadores los de antes. Antes eran pecadores con fuste, pecadores de tomo y lomo.

Cualquier novelista que quiera escribir una novela sobre su vida, la tiene ya escrita. Sólo tiene que limitarse a ir contando su existencia año tras años. Seguro que cualquier escritor sabrá simplificar esa interesante vida para hacerla comprensible al nivel de un musical.


Eso es lo que me gusta de los novelistas actuales, su capacidad para transformar una interesante vida en algo comprensible para todos. Es decir, en un libro para torpes.


Yo, personalmente, estoy contra el pecado. Pero, cinematograficamente, prefiero Julios II al estilo de El Tormento y el Éxtasis.




Los medios de comunicación social viven del morbo de las noticias. Al estar las empresas editoras situadas, en su mayoría, en la izquierda política, la voracidad para encontrar piezas suculentas que llevar a las portadas de inicio de diarios y noticiarios es brutal.


Tras el maremoto de las denuncias por pederastia, ahora los objetos del deseo de los cazadores son curas, algún obispo o un cardenal con las manos metidas en la masa harinera de los dineros sea en el banco vaticano, o en otra entidad financiera. Da igual, lo importante es el titular de hace dos días: “obispo italiano imputado por manejos económicos en el banco vaticano”. La incultura religiosa de todas las agencias de prensa y de los informadores respectivos les lleva a semejante patinazo.


Es cierta la noticia, pero no el protagonista que es un simple cura, con el titulo de prelado, algo muy corriente en la Iglesia de Italia.


En España llevan años tras los gestores eclesiales de la antigua Cajasur. Ahora la justicia parece haber dado un paso importante.


Según el Diario de Sevilla, la Audiencia Nacional confirma así las multas de cuantía “correcta” que les fueron impuestas a cada uno de ellos. La sanción obliga al obispo auxiliar de la diócesis sevillana a pagar 180.000 euros de multa, a lo que se suma la inhabilitación durante dos años para ocupar cualquier cargo público.


Cuelgo completa la información del diario sevillano:




“Santiago Gómez Sierra pagará 180.000 euros y se le inhabilita dos años para cargos públicos.

La Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso interpuesto por los ex presidentes de Cajasur, Santiago Gómez Sierra -actual obispo auxiliar de Sevilla- y Juan Moreno, así como por otros 14 consejeros contra el expediente sancionador abierto por el Banco de España tras la intervención de la caja cordobesa. La Audiencia confirma así las multas de cuantía “correcta” que les fueron impuestas a cada uno de ellos. La sanción obliga al obispo auxiliar de la diócesis sevillana a pagar 180.000 euros de multa, a lo que se suma la inhabilitación durante dos años para ocupar cualquier cargo público.


La desestimación, con fecha de 12 de junio, sigue el mismo criterio de las cuatro sentencias anteriores sobre las multas que les han sido impuestas a 38 consejeros y ex directores que formaron parte de los consejos de administración de Cajasur entre julio de 2005 y mayo de 2010.


La Audiencia Nacional respalda así las sanciones establecidas por el supervisor financiero y que se refieren a las infracciones en la estructura de la organización, en sus procedimientos administrativos y contables así como en el control interno; al incumplimiento de las políticas exigidas por el Banco de España en materia de provisiones, tratamiento de activos o reducción de riesgo inherente a sus actividades -en este caso, la fusión con Unicaja-; y a la insuficiencia en la cobertura de recursos propios mínimos o el de las normas de límite de riesgo en operaciones de préstamo. La decisión de la Audiencia Nacional supone la mayor sanción a responsables de cajas que se conoce y alcanza los 742.000 euros en su totalidad.


Como en todas las sentencias anteriores, la magistrada ponente Mercedes Pedraz mantiene que no tienen cabida los argumentos de los sacerdotes -que acusaron de falta de vigilancia al Banco de España- al considerar que el expediente no se incoó cuando la situación era más grave, en 2004, sino cuando los defectos ya se habían corregido. Tampoco respalda la postura de que los condenados no conocieran los hechos o que la sanción sea arbitraria con discriminación en las multas, que consideran desiguales e impuestas sin tener en cuenta la conducta diligente para solventar los problemas y sólo en función de los resultados.


Tampoco responde a que, como se denunciaba en el recurso, existiesen diferencias esenciales entre este litigio y cualquier otro relacionado con sanciones por la actividad de las cajas de ahorros. El recurso también justificaba que la caja fue vendida a un euro pero que no se produjo ningún perjuicio ni para inversores ni para el Estado ni para la Junta.


La juez se refiere a la situación de la entidad en 2004, ejercicio en el que se habrían tomado decisiones que habrían encaminado hacia un “callejón sin salida” a la caja. Para subrayar que lo que se juzga es “la legalidad de un acto administrativo” y no situaciones anteriores, señala que después de ese año el consejo de administración “profundizó” en su política de riesgos, lo que ratifica los fallos judiciales anteriores a esta desestimación.”


Conclusión


Para saber más hagan clic aquí


La justicia es lenta, pero implacable.


Los amigos lectores tienen el foro a su disposición. Muchas gracias.


Recomendación


Invito a leer la novela titulada:


El hombre que nunca votó


Prologada por don Juan Manuel de Prada


http://marianojv.awardspace.com/novela.html


Tomás de la Torre Lendínez



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Para pasear, hablar y descansar. Pero también para rezar y hasta para bautizar. Hoy fue una de esas tardes que me dio para todo. Además, el paseo por los campos de Villamediana, me ha permitido gozar de la primera tarde veraniega de la temporada. Impresiona ver la naturaleza, tras las lluvias abundantes de los meses pasados. Ahora empiezan a madurar los frutos y se espera una cosecha abundante.


- Depende. Sí, leyó bien: depende.


- ¡Discriminación!


- No. No discrimino a nadie. Simplemente depende de que quién la pide sepa lo que está pidiendo.


Palabras más, palabras menos… este fue el dialogo entre el Padre Diego Kessler con una mamá. Leamos la noticia que nos llega a través del diario Uno:



“El cura párroco de Coronel Suárez se opuso a que una nena de 11 años que padece de Síndrome de Down recibiera la comunión, lo cual provocó el rechazo de gran parte de los vecinos de esa ciudad bonaerense.


Se trata del sacerdote Diego Kessler, quien puso en duda que Catalina Recuna, quien cursa la escuela primaria en el colegio José Manuel Estrada, cumpliera con las condiciones para recibir ese sacramento.


Ante la negativa del cura, la familia de la niña está indignada por la decisión del Kessler y a raíz de la polémica que generó el caso, el párroco de Santa María se comprometió a brindarle el sacramento.


En diálogo con Cadena 3, Fernanda, la mamá de Catalina contó: “Me presenté como la mamá de Catalina y le pregunté si le iba a dar la comunión, y me responde: Todo aquel que diferencie el pan de la hostia lo puede recibir, pero la nena no es tarada. Agregó: Habría que verla y evaluarla”.


“Como no sabía qué decirme me dijo que habría que confesarla. La reunión se fue al diablo y quedó todo así. Hace 11 años que peleo con las obras sociales y pelear con el sacerdote es lo máximo. El Arzobispado de Bahía Blanca nos llamó para pedir perdón por el moco de este sacerdote. Esperemos que él nos pida perdón”, culminó.”



Notemos la respuesta del sacerdote: “Todo aquel que diferencia el pan de la Hostia lo puede recibir… habría que verla y evaluarla”. ¿Esto es discriminar a alguien? No es discriminar en el sentido de hacer acepción de personas por algún motivo (en este caso de enfermedad). Si es discriminar en el otro sentido que tiene la palabra española (quién dude de esto… consulte el diccionario): es hacer un discernimiento sobre las condiciones que tiene la persona para hacer algo. Se discrimina en este sentido cuando a cualquiera se le toma un examen de manejo antes de darle el carnet de conductor… ¿o no?


Por lo tanto el sacerdote no se mandó un “moco” si todo se dio como cuenta el medio periodístico. Simplemente aplicó lo que dijera el Papa San Pío X en el decreto “Quam Singulari” el 8 de agosto de 1910. Allí exhortaba a la comunión frecuente y a permitir el acceso a la misma a más temprana edad. ¿Cuándo? Pues las palabras del Papa son claras:



“De todo esto se desprende que la edad de la discreción para la Comunión es aquella, en la cual el niño sepa distinguir el Pan Eucarístico del pan común y material, de suerte que pueda acercarse devotamente al altar. Así, pues, no se requiere un perfecto conocimiento de las verdades de la Fe, sino que bastan algunos elementos, esto es, algún conocimiento de ellas; ni tampoco se requiere el pleno uso de la razón, pues basta cierto uso incipiente, esto es, cierto uso de razón. Por lo cual, la costumbre de diferir por más tiempo la Comunión y exigir, para recibirla, una edad ya más reflexiva, ha de reprobarse por completo -y la Sede Apostólica la ha condenado muchas veces-.”



Para determinar si un niño está preparado hay que hacer un discernimiento de si sabe que no es el pan de la panadería sino la presencia de Jesús Sacramentado la que recibirá en su alma. Y esto se logra después de un proceso de catequesis.


Dentro de la Iglesia Católica se lleva a cabo lo que se conoce como “Catequesis Especial”. Se da a aquellos que tienen algún problema de discapacidad, ya sea física o mental. Como seminarista pude conocer este método cuando participé de las tareas pastorales en la parroquia de Luján. Como sacerdote acompañé la catequesis especial que ya había en Santa Rafaela. Se hace a través de gestos, signos y celebraciones. No se puede hacer en un día o dos, como tampoco se puede preparar en la catequesis tradicional a nadie en dos o tres días. Es impresionante como los niños especiales saben captar lo que es la confirmación y la comunión y con la intensidad que la viven. Ahora bien, los catequistas no se apuran por suministrarles los sacramentos: es la enseñanza más personalizada que he visto en mi vida. Respetan procesos y tiempos personales. Y los padres, que son muy cercanos a este proceso, también respetan el tiempo que corresponde para sus hijos.


En este contexto… relean la noticia que les copié y díganme en que el Padre Diego se mandó un “moco” tan grande que debe pedir perdón.


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"Es siempre y sólo el amor de Cristo el que genera la fe y el que impulsa hacia adelante a la Iglesia". Fue la reflexión del Papa Francisco en el ángelus de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. El Pontífice, recordando que "Pedro fue el primero en confesar que Jesús es el Hijo de Dios y Pablo difundió este anuncio en el mundo greco-romano", precisó que la Iglesia de Roma se ha convertido en "el punto de referencia para todas las Iglesias esparcidas por el mundo", " no por el poder del Imperio, sino por la fuerza del martirio". Ante este extraordinario testimonio de fe, el Papa pidió dejarse conquistar por la misericordia de Dios, que nos espera y perdona siempre. Luego un pensamiento ...


Seguro que recuerdan una frase de un ya viejo programa de humor en la tele: “si hay que ir, se va, pero ir por ir…” Me la apropio para la cosa del dialogo ecuménico con el protestantismo, si hay que dialogar se dialoga, pero dialogar por dialogar…


Me parece bien el hablar unos con otros, encontrarse y rezar alguna cosa juntos. Fantástico que nos pidamos perdón si en algo nos hemos ofendido. Pero desgraciadamente, poca cosa más. A mi modo de ver hay dos puntos de imposible solución hoy por hoy:


AUSENCIA DE AUTORIDAD EN EL PROTESTANTISMO. Porque a ver con quién hablas: ¿bautistas, evangélicos o pentecostales? ¿Luteranos, metodistas o valdenses? ¿Calvinistas, presbiterianos o cuadrangulares? Y dentro de cada una de estas grandes ramas, sus diferencias en ocasiones notables. Como además cada iglesia es básicamente autónoma, pues no hay forma de entenderse mínimamente.



Nosotros tenemos al papa, tenemos la palabra de Roma, y lo que Roma dice se acepta y punto. Los posibles interlocutores no tienen nada. Unos aceptan una cosa, otros otra, otros la de en medio y aquellos otra más en su pequeña congregación simplemente porque así lo ha decidido el pastor de turno. Buena gana.


UN PROBLEMA TEOLÓGICO BÁSICO. Los católicos aceptamos DOS fuentes de revelación: la Escritura y la tradición de la Iglesia, que se someten a la autoridad del Magisterio. Los protestantes sólo aceptan la Escritura y su libre interpretación.


Pues a partir de ahí lo demás, por añadidura.


¿Hablar? Hablemos. ¿Rezar? Cuanto más mejor. ¿Abrazos? Sin dudarlo. ¿Llegar a alguna conclusión que merezca la pena? Mucho me temo que no. Es triste, pero es lo que hay.




Domingo 13 Tiempo Ordinario – C


Siempre resulta más fácil descubrir la violencia de los demás.

Lo difícil es descubrir la violencia silenciosa que uno lleva dentro.

Porque siempre es más fácil mirar hacia fuera que no al propio corazón.

Ninguno descubrió la traición que anidaba en el corazón de Judas.

¿Quién se atrevería a juzgar la bondad de Santiago y Juan?

Yo estoy seguro que Lucas escogió a estos dos hermanos para resaltar que no todo lo que brilla es oro.


Hay violencias escondidas que ni uno mismo ve.

Hay violencias que pueden querer revelar el interés por Jesús.

Hay violencias que pueden tratar de manifestar el amor a Jesús.

¿No recuerdan cuando Pedro sacó la espada de la vaina y cortó la primera oreja torera?

Pedro lo hizo por amor a Jesús.

Por defender a Jesús.

Pero lo que reveló fue que todavía no había aprendido el verdadero amor a Jesús.

Un amor que no se manifiesta en la violencia sino en la comprensión.

“En devolver el bien por el mal”.


Aquí son Santiago y Juan.

Cuando sienten el rechazo de los samaritanos, se le encendió la mecha apagada dentro.

“¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?”

“Y Jesús les regañó”.


Es fácil reaccionar ante el mal de los demás.

Es fácil reaccionar ante la maldad de los otros.

Y esto es precisamente lo que marca el corazón de Jesús.

Y esto es precisamente lo que marca el corazón de Dios.

Le fallamos, pero no nos da un puñete.

Le fallamos, pero no nos da un puntapié.

Le fallamos, pero no nos condena.

La fallamos, pero no nos excluye.


Al contrario:

Le fallamos, pero él sigue amándonos.

Le fallamos, pero él sigue haciéndonos sentir el calor de su corazón.

Le fallamos, pero él sigue acogiéndonos.

Le fallamos, pero él sigue dándonos oportunidades.



Esa es la diferencia entre nosotros y él.

Nosotros parecemos mansos de corazón, hasta que alguien nos hace saltar.

Nosotros parecemos mansos corderos, hasta que descubrimos que dentro llevamos también escondido un lobo.

Nosotros parecemos tranquilos, hasta que descubrimos que dentro estalla nuestro genio y mal humor.

Nosotros damos la impresión de no ser capaces de romper un plato, hasta que saltamos como cuando le pisamos la cola al gato.


Es preciso vigilar atentamente nuestro corazón:

Para que dentro no anide la venganza.

Para que dentro no anide el odio.

Para que dentro no anide el resentimiento.

Para que dentro no anide la violencia.

Porque es posible que bajo las cenizas de la bondad se escondan las brasas de un incendio.

Porque es posible que bajo las cenizas de la paz se escondan los rescoldos de la venganza.


No se apaga el fuego con más fuego, sino con la comprensión.

No se apaga el mal con el mal, sino con el bien.

No se apaga el odio con la venganza, sino con el perdón.

No se apaga la enemistad con la enemistad, sino con la amistad.


Me gusta el gesto de Jesús que “les regañó”.


Señor, regáñame cuando veas que en mi corazón no hay comprensión.

Señor, regáñame cuando veas que en mi corazón no hay amor para con los que yo veo como malos.

Señor, regáñame cuando veas que de mi corazón aparentemente tranquilo, como a echar lava el volcán que yace callado.

Señor, regáñame cundo mi amor no sea capaz de vencer y apagar el resentimiento de los demás.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo C, Tiempo ordinario Tagged: cristiano, discipulo, evangelio, paz, testimonio, violencia


Las fotos de las soberbias estatuas de los dos posts previos a éste, proceden del Tribunal Supremo de Estados Unidos. La primera se titula La Autoridad de la Ley, y la segunda La Contemplación de la Justicia. Son dos estatuas difícilmente superables en su género.

Hoy he celebrado misa en Villar del Olmo y Nuevo Baztán. Ya lo he dicho muchas veces, que gran labor la de las sacristanas. Labor callada y llena de mérito. Poder llegar a un pueblo y que todo esté preparado, limpio y en orden.


Hay ciertos rumores acerca de la sucesión en Madrid, la del cardenal Rouco al frente de la archidiócesis. Me sorprende la capacidad de la gente para creer todo rumor. Es llamativa la dureza de tantos para no creer en la fe de la Iglesia, y después la credulidad para dar por cierto cualquier cosa que se dice por la Red.


Para acabar, os pongo un vídeo la mar de curioso. Es homenaje a los Sucesores de Pedro, pero con una música pop coreana o japonesa. La verdad es que es una cosa muy original:


http://www.youtube.com/watch?v=WQ78sMFPAZo




Las fotos de las soberbias estatuas de los dos posts previos a éste, proceden del Tribunal Supremo de Estados Unidos. La primera se titula La Autoridad de la Ley, y la segunda La Contemplación de la Justicia. Son dos estatuas difícilmente superables en su género.

Hoy he celebrado misa en Villar del Olmo y Nuevo Baztán. Ya lo he dicho muchas veces, que gran labor la de las sacristanas. Labor callada y llena de mérito. Poder llegar a un pueblo y que todo esté preparado, limpio y en orden.


Hay ciertos rumores acerca de la sucesión en Madrid, la del cardenal Rouco al frente de la archidiócesis. Me sorprende la capacidad de la gente para creer todo rumor. Es llamativa la dureza de tantos para no creer en la fe de la Iglesia, y después la credulidad para dar por cierto cualquier cosa que se dice por la Red.


Para acabar, os pongo un vídeo la mar de curioso. Es homenaje a los Sucesores de Pedro, pero con una música pop coreana o japonesa. La verdad es que es una cosa muy original:


http://www.youtube.com/watch?v=WQ78sMFPAZo




Como novela es la primera que saco a la luz del ciberespacio. Mi sorpresa es total. A la hora que redacto este post el contador marca 13,650 visitas y descargas del sitio donde está alojada en formato PDF. El prólogo firmado por don Juan Manuel de Prada está siendo muy elogiado.


El gran escritor español va a impartir un curso en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, en el programa de verano de la institución docente, con el título de “Las Máscaras del escritor: catorce lecciones sobre el oficio de escritor”. Todo se celebrará en el Palacio de la Magdalena, en Santander, entre el 8 y 12 de julio.


No puedo estar, desgraciadamente, pero con mis ganas me quedo.




Uno de los mejores regalos que he recibido de Dios en los últimos años ha sido conocer personalmente a don Juan Manuel de Prada, quien me abrió sus puertas sin haber llamados a ellas. Fue al contrario él llamó a la mía por el correo electrónico y el posterior teléfono. Ambos éramos lectores de la propia obra. Desde aquella primavera del año 2011 comenzamos a ser amigos. Grandes amigos sinceramente.


El curso en Santander aventuro que lo enfocará don Juan Manuel de Prada desde su propia travesía terrena como escritor excelente, como lector impenitente, como observador implacable, como investigador incansable, como comunicador incomparable. El oficio de escribir lo lleva en la sangre de modo imborrable. Su maestría la demuestra desde las diversas ventanas y puertas por donde comunica su intenso mundo interior.


Porque el gran secreto del escritor don Juan Manuel de Prada es la enciclopédica formación que tiene sobre todo el abanico del saber humano. No existe asunto del que no conozca algo, opine atinadamente y acierte en la mayoría de los casos.


La inmensa afición a la lectura la completa con una apertura a la amistad sin remilgos ni cortapisas. Su observancia de la psicología de las personas le lleva a estrechar la mano y el corazón con total generosidad y servicio, sabiendo tender puentes amistosos con personas encorvadas por los años y la experiencia y con otras más jóvenes e inexpertas, sin ningún trabajo especial ni autodominio farisaico.


Celebro y comparto, desde la distancia, la experiencia y el orgullo de los alumnos del curso en la ciudad santanderina junto a don Juan Manuel de Prada. Cuando acaben los días veraniegos aprendiendo la vida, las trapisondas, los secretos, las manías, las horas, las formas, los gustos y disgustos de un escritor, como De Prada, volverán a sus casas y a sus soledades a encerrarse vestidos con la imaginación para contar y comunicar sus sentimientos en una historia creíble que atraiga a un puñado de lectores, que se convierten en amigos desde la distancia y el anonimato.


Desde aquí deseo a don Juan Manuel de Prada y sus alumnos un curso fructuoso en lo literario y en lo personal. Dios les bendiga.


Para saber más hagan clic aquí.


Recomendación


Invito a leer la novela titulada:


El hombre que nunca votó


Prologada por don Juan Manuel de Prada


http://marianojv.awardspace.com/novela.html


Tomás de la Torre Lendínez



"Cuando dejamos que prevalezcan nuestras Ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia".

En la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, el Papa Francisco celebró la misa en la Basílica Vaticana, imponiendo a 35 nuevos Metropolitanos (34 presentes y uno que permaneció en la propia sede) el palio, "signo de la comunión con el Obispo de Roma". También en presencia de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el Pontífice recordó que los dos apóstoles dejan una consigna precisa a cada cristiano: "co ...

Papa Francisco: El cristiano debe ser irreprensible



En la vida, en especial ante las dificultades, es fácil ceder al escepticismo, no creer en las promesas del Señor. Pero Dios nos pide que seamos pacientes e irreprensibles, caminando siempre en su presencia. En la Misa, en la Casa de Santa Marta, el Papa Francesco destacó que no hay "un protocolo de la acción de Dios" en la vida de las personas y que hay que permanecer en la propia cruz y creer, aunque la aurora parece tardar. "El Señor se toma su tiempo. Y Él, con nosotros, tiene tanta paciencia. ¡No sólo nosotros debemos tener paciencia: Él la tiene! ¡Él nos espera hasta el final de la vida! Pensemos en el buen ladrón, justo al final, reconoció ...

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Hoy, además de celebrar a San Pedro y San Pablo en Lardero he disfrutado de un magnífico día veraniego, casi el primero.


El calor invita a salir y disfrutar de la luz, del aire libre, del verde de los campos y del azul del cielo.


Espero que con el calor pueda disfrtuar también de otros valores más intelectuales, como la lectura, que en los días pasados ya he comenzado a intensificar. Hablaremos de ello un día de estos. Mientras, ¡feliz verano!


29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo. Los católicos no somos “papólatras” (adoradores del Papa). Simplemente nos tomamos en serio las palabras de Jesús a Simón, el hijo de Jonás: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré MI Iglesia“. Por eso nos dejamos confirmar en la fe por sus sucesores, de la misma manera que lo hacía la primera comunidad católica en vida de Pedro.


Hoy Pedro se llama Francisco. En la Misa de Vísperas hice lo que él nos pide: “recen por mí”. Los invito también a elevar una oración por la persona del Papa y por la fecundidad de su ministerio.


El año pasado tuve la gracia de visitar Roma. Participé de la audiencia pública de los miércoles. Al final grabé la parte en la cual Benedicto hacía el resumen en español de lo que había enseñado en italiano. Lo hice con mi teléfono… por eso la calidad y las movidas que tiene. Pero se los quiero compartir como una manera de celebrar este día.



La catequesis fue espectácular. Era sobre el deseo de Dios. Allí decía:



“Debemos por ello sostener que es posible también en nuestra época, aparentemente tan refractaria a la dimensión trascendente, abrir un camino hacia el auténtico sentido religioso de la vida, que muestra cómo el don de la fe no es absurdo, no es irracional. Sería de gran utilidad, a tal fin, promover una especie de pedagogía del deseo, tanto para el camino de quien aún no cree como para quien ya ha recibido el don de la fe. Una pedagogía que comprende al menos dos aspectos.


En primer lugar aprender o re-aprender el gusto de las alegrías auténticas de la vida. No todas las satisfacciones producen en nosotros el mismo efecto: algunas dejan un rastro positivo, son capaces de pacificar el alma, nos hacen más activos y generosos. Otras, en cambio, tras la luz inicial, parecen decepcionar las expectativas que habían suscitado y entonces dejan a su paso amargura, insatisfacción o una sensación de vacío. Educar desde la tierna edad a saborear las alegrías verdaderas, en todos los ámbito de la existencia —la familia, la amistad, la solidaridad con quien sufre, la renuncia al propio yo para servir al otro, el amor por el conocimiento, por el arte, por las bellezas de la naturaleza—, significa ejercitar el gusto interior y producir anticuerpos eficaces contra la banalización y el aplanamiento hoy difundidos. Igualmente los adultos necesitan redescubrir estas alegrías, desear realidades auténticas, purificándose de la mediocridad en la que pueden verse envueltos. Entonces será más fácil soltar o rechazar cuanto, aun aparentemente atractivo, se revela en cambio insípido, fuente de acostumbramiento y no de libertad. Y ello dejará que surja ese deseo de Dios del que estamos hablando.


Un segundo aspecto, que lleva el mismo paso del precedente, es no conformarse nunca con lo que se ha alcanzado. Precisamente las alegrías más verdaderas son capaces de liberar en nosotros la sana inquietud que lleva a ser más exigentes —querer un bien más alto, más profundo— y a percibir cada vez con mayor claridad que nada finito puede colmar nuestro corazón. Aprenderemos así a tender, desarmados, hacia ese bien que no podemos construir o procurarnos con nuestras fuerzas, a no dejarnos desalentar por la fatiga o los obstáculos que vienen de nuestro pecado.”



Los invito a que lean toda la catequesis desde este link . Y, también, los invito a rezar por Benedicto. Es raro decirlo, pero hoy no es su día simplemente porque Papa es uno solo y es Francisco. Pero eso no quita que retomemos constantemente sus enseñanzas (que son de una riqueza admirable). El, desde su retiro monacal, seguro que está intercediendo con su oración por cada uno de nosotros.


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Domingo XIII del Tiempo Ordinario (Ciclo C)


El Señor inicia el camino de Jerusalén, un itinerario que conduce a la cruz. El rechazo de los samaritanos, como, antes, el rechazo de los de Nazaret (cf Lc 4,16-30), muestra la dificultad de su tarea: “No lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén” (Lc 9,53). La repulsa de los samaritanos se convierte, de algún modo, en un preludio de la repulsa de la cruz.


La respuesta de Jesús ante el rechazo es la paciencia y la mansedumbre. Una actitud que debemos hacer nuestra, cuando, también hoy, la Buena Noticia del Evangelio, la novedad que proviene de Dios, es rechazada en la medida en que se contrapone a la lógica de este mundo. El Evangelio, como un visitante inoportuno, no es recibido, ya que la dirección a la que apunta – la entrega absoluta de la cruz – contrasta con el impulso dominante de la búsqueda de uno mismo, con la instalación cómoda en el egoísmo y la autosatisfacción.


En un discurso dirigido a los jóvenes en Malta, el Papa Benedicto XVI mostraba, en continuidad con la respuesta que Jesús dio a Santiago y a Juan, partidarios de mandar bajar “fuego del cielo”, la necesidad de no asustarse ante el rechazo y la urgencia de no dejarse arrastrar por un espíritu de venganza: “Encontraréis ciertamente oposición al mensaje del Evangelio. La cultura de hoy, como cualquier cultura, promueve ideas y valores que contrastan en ocasiones con las que vivía y predicaba nuestro Señor Jesucristo. A veces, estas ideas son presentadas con un gran poder de persuasión, reforzadas por los medios y por las presiones sociales de grupos hostiles a la fe cristiana”.


Pero este rechazo del mundo no encuentra un eco en el corazón de Dios, ni tampoco ha de encontrarlo en el corazón de la Iglesia, que no es otro que el amor: “Dios no rechaza a nadie, y la Iglesia tampoco rechaza a nadie. Más aún, en su gran amor, Dios nos reta a cada uno para que cambiemos y seamos mejores” (Malta, 18.IV.2010).


En realidad, el discípulo ha de preocuparse, sobre todo, por seguir a Jesús, con todas las consecuencias, dejando, o colocando en un segundo plano, aquello que pueda suponer un estorbo: La obsesión por la estabilidad de un hogar, la excesiva dependencia de los vínculos familiares, la tentación de seguir mirando hacia un pasado en el que todavía Cristo no contaba en nuestras vidas.



Esta exigencia de radicalidad en el seguimiento equivale a trazar una escala de valores: Lo primero, ha de ser Cristo y los bienes futuros. Y esta opción, que cada uno ha de concretar en conformidad con su propio estado de vida y con las obligaciones que de ahí se derivan, impide perseguir al mismo tiempo el aplauso del mundo o el excesivo apego a los bienes terrenos. Una opción que prefigura Eliseo, quien, dejando lo que tenía, “marchó tras Elías y se puso a su servicio” (cf 1 R 19, 16-21).


El seguimiento engendra la libertad, la liberación de las esclavitudes. “Vuestra vocación es la libertad”, dice San Pablo a los Gálatas (cf Ga 5,1.13-18). Pero se trata de una libertad que no se identifica con el cumplimiento del propio capricho, sino que, en una continua expropiación del yo, se traduce en amor y en entrega. En el camino de nuestra vida, que, como el de Jesús, pasa por Jerusalén, la libertad indica la meta, que no es otra que Dios mismo, nuestra bienaventuranza. Él es, en definitiva, “la porción de mi heredad” (Sal 15).


Guillermo Juan Morado.



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Todo lo que huele a Iglesia, a Dios, a trascendencia, molesta y mucho. La parroquia dispone no de campanas, sino de un campanario electrónico que invita a misa cada día a las 19:15 h. y los domingos además a las 11:15 y 12:45. Apenas un minuto y un volumen que nos parece aceptable. De hecho, en más de tres años de parroquia, creo que la de ayer fue la tercera queja. Fuera de esos horarios, las campanas suenan para la misa del gallo y en la vigilia pascual y también las hice sonar cuando España ganó el campeonato mundial de fútbol. Por cierto, en aquella ocasión no solo no hubo protestas, sino que la gente aplaudió la iniciativa desde sus ventanas. Como se ve, eran campanas, pero en lugar de Dios hablaban de fútbol. Evidentemente que no es lo mismo.




Ayer me llegó este correo de protesta que merece la pena leerse:


“Me dirijo a ustedes para trasmitirles una preocupación que vengo teniendo últimamente.

He debido portarme muy mal pues Dios me castiga a diario con el sonido de sus campanas de ustedes. Lo que hice debió de ser horrible, pues los domingos incluso me castiga dos veces.

Ustedes que tienen línea directa con él le dicen, por favor, de mi parte que me arrepiento de mis pecados y que que ya he rezado varios padres nuestros, que no es necesario que siga atormentándome con ese sonido, que además ahora que ya por fin llegó el calor hay que tener las ventanas abiertas.

Muchas gracias por su atención y su mediación.”


Visto el tono pretendidamente irónico, decidí responder en el mismo estilo. Ahí va:


“¿Quién conoce la mente del Señor? Sus caminos son inescrutables, insondables sus designios, de tal forma que un mismo gesto puede ser recibido como castigo o bendición. Porque muchos son los vecinos que dan gracias a Dios por lo mismo que a usted se le presenta como castigo, y que justamente ahora, al tener las ventanas abiertas, pueden disfrutar más.

Ya ve las paradojas de la vida. Una misma cosa es disfrute o castigo, según para quién. Como ve, las cosas de Dios no dejan de sorprendernos.

Saludos.

Jorge González Guadalix

Párroco”


Pues se acabó el buen humor. Ahí va la respuesta que me hizo llegar más tarde:


“También hay personas a quienes les gusta sodomizar a otras personas. Ellos consideran su sodomía una bendición, pero como son personas respetuosas, empáticas y consideradas, solo lo hacen si disponen del consentimiento de la otra persona. No se dedican a sodomizar a todo el que se deje la ventana abierta.

Además, en la época en la que vivimos donde todo el mundo dispone de relojes de pulsera, “esmarfons” y demás ajuar indicador de la hora creo que no hay necesidad de llamar a la oración con campanas.”


No he respondido. Para qué. Si lo coloco aquí es como una prueba más de lo que nos rodea. Se nos llena la boca de libertades, respeto, tolerancia y convivencia. Aquí toca aguantar, lo mismo da, megáfonos, vendedores, carreras populares, cortes de tráfico, fiestas vecinales y lo que se tercie, cuando no que te lancen cosas contra la iglesia. No pasa nada. Pero suenan las campanas y parece una tragedia griega.




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