He recibido una carta de una madre de familia en la que me contaba un diálogo que había tenido con su hija adolescente. Le he pedido permiso para transcribirlo aquí y me lo ha concedido.
Hoy Adelita me preguntaba que quién era mi ídolo y le dije: Jesucristo, Adelita, Dios es mi ídolo.
Cuando tenía tu edad... pues me pasaba como a ti ,me gustaban esos jóvenes de los libros o de esas películas que luego quieres ir a ver al cine, pero luego eso se te pasa ,y te das cuenta que ... ¡qué bobadas,si son como cualquiera de nosotros!
En cambio, Dios no.
Es tu ídolo toda la vida,y es al que quieres ver el día que desapareces, por lo que luchas en esta vida ,para ver a tu ídolo, te hace ser mejor persona, ayudar a los demás, a compartir, a no tener miedo a morirte porque como has luchado por hacer el bien y hacer las cosas bien mueres con la ilusión y la esperanza de encontrarte con El, con tu ídolo.
No se Don Joan si se lo habré explicado bien a Adelita pero es así como lo veo yo, así que tal y como yo pienso se lo he dicho.
Que difícil es educar,no sabe una como hacerlo a veces......
Le respondí a esta madre que había dado una buena contestación a su hija. Quizá no es técnicamente perfecta, puesto que Dios es precisamente lo que no es un ídolo... Pero claro, como en esas edades el ídolo tiene algo de absoluto, la madre le hace comprender que esa adoración sólo la merece Dios. Así que me parece una buena lección.
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