Un día de otoño de 2009 comenzó a “caerse” la inmensa imagen de la Piedad que corona la portada principal de acceso a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Para evitar que los “cascotes” afectaran al público la autoridad gubernativa de entonces decidió cerrar el paso a los fieles católicos que allí acudían a Misa los domingos.
Las protestas fueron de tal entidad que se inventaron una especie de “encajonamiento” de la imagen para dejar pasar al público solamente a los actos de culto, el resto de los servicios de aquel inmenso lugar religioso fueron cerrados.
Llegado el momento, la autoridad de aquellos años, decidió cerrar totalmente al culto el templo basilical. La comunidad benedictina optó por salir a la calle a celebrar la Eucaristía dominical, como se puede observar en estas dos fotos:
Esta realidad, la primera vez que se hacía en Europa, desde la terminación de la II Guerra Mundial, sacó los colores a quienes entonces estaban en el poder, permitiendo la celebración de la Eucaristía en el interior del templo, que comenzó a ser transmitida por Intereconomía TV.
Pasaron treinta y tres meses largos, dudosos, en los que parecía que la comunidad religiosa podía salir de aquel sagrado recinto, y que un grupo de expertos estaba preparando un iter para la desacralización de todo aquel monumento levantado para la reconciliación de todos los españoles.
Los hechos se precipitaron con una crisis económica de dimensiones siderales, hubo un adelanto electoral de cuyo resultado salió de las urnas el actual gobierno.
Con los nuevos aires, se retiró el mamotreto colocado sobre la Piedad, obra de Juan de Ávalos, se abrieron los restaurantes, el turismo comenzó a llegar, convirtiendo otra vez al Valle de los Caídos en el primero de los recintos sagrados más visitados de España.
La comunidad benedictina se sintió arropada hasta por los obispos a cuya diócesis pertenecen y todo parecía volver a la normalidad.
El gobierno, el pasado 18 de julio, anunció que la inmensa imagen de la Piedad había sido aprobada su restauración con un presupuesto total de 214,000 euros. Este dinero lo perdió Patrimonio Nacional durante el tiempo del asedio y cierre de la Basílica, por conceptos de entradas y otros gastos. Las obras sobre la imagen empezarán pronto y se pretende que en cuatro meses acaben los trabajos.
Pero, como el Valle de los Caídos, es una espina clavada en la vida e ideología de quienes gobernaban en 2009, diversos personajes acuden por aquel gran monumento, uno de ellos es el senador Anasagasti, quien estuvo el domingo 4 de agosto, como se puede ver en la foto adjunta.
Colocó la fotografía en su cuenta de Twister, visitó la librería y participó en la misa.
Conclusión
¿Qué será del Valle de los Caídos?. El otro día escribí aquí un post titulado: El Valle de los Caídos está en vilo.
Lo sigo manteniendo a pesar de las promesas de arreglar a la gran imagen de la Piedad. Lo sigo manteniendo a pesar de las declaraciones de defensa que uno conoce.
Lo sigo manteniendo a pesar del silencio de otros que uno conoce.
Solamente confío en Dios y en la comunidad benedictina allí albergada, quienes fueron tan valientes cuando tuvieron necesidad de demostrarlo.
Tomás de la Torre Lendínez
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