Es lugar común a estas alturas de la película que el partido popular por muchos motivos se pegará un batacazo electoral morrocotudo. Las varias razones las puede poner el ingenio insuperable de todos y cada uno de los lectores amigos de este Blog.
Hoy deseo destacar uno de esos motivos:
La cobardía en no derogar todo el tejido legislativo de la ingeniería social zapaterina.
Leyes como divorcio exprés, aborto, educación para la ciudadanía….y memoria histórica deberían estar en el trastero de la inmediata historia de España.
No ha sido así. La actitud melindrosa, la cobardía patológica, el miedo a la calle…de la derecha española producen noticias como la que ayer destacaba este portal:
El Senado rechaza destinar fondos para aplicar la ley de memoria histórica.
¿Ahogando la financiación económica piensa el partido gobernante que la izquierda se olvida de la piedra que le supone en el zapato el Valle de los Caídos?
Qué va, señores del gobierno, qué va. La izquierda en su vuelta al poder si, aún subsiste la pésima ley de memoria histórica, volverá como la burra al trigo deseando “volar” el Valle de los Caídos.
Por lo tanto, la mejor ley de memoria histórica es ninguna. Es su abolición.
Algún día escribiré todas las trapisondas ocultas tras la aplicación de la ley de memoria histórica en ciudades, villas y aldeas de este Reino de España.
¡Cuantos bolsillos se han llenado de dinero “legal” justificado por esa ley¡
¡Cuantos inútiles libracos de “investigación” se han escrito bajo la sombra de esa ley¡
¡Cuantos actos de propaganda se han costeado con el presupuesto de esa ley¡
¡Cuantos sujetos se han “colocado” en carguetes de amiguetes con el cuento de la ley¡
Y lo peor de todo:
¡Cuantos odios han rebrotado entre miembros de la misma familia, entre vecinos de los pueblos, entre grupos humanos, y entre gente en general por la manida ley¡
Dentro de la propia Iglesia Católica se han suscitado odios, enfrentamientos y rencillas enterradas años ha, entre curas descendentes de un sector y otros de otro. Entre personas sensatas que pastorean feligresías han visto que si no entraban por el portillo de una ley inicua serían pasto y carne de banquillo judicial por incumplimiento legal.
Por lo tanto, señores del gobierno, quiten la ley de memoria histórica. Hoy mejor que mañana, porque pasado es posible que ya sea tarde.
Confieso que soy un iluso colocando la petición anterior. Pero que quede escrita aquí, porque lo escrito, escrito está.
Para saber más hagan clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
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