Mañana, a eso de las 7.30 de la mañana, me operarán de una hernia umbilical. No es lo malo la operación que voy a sufrir, sino también el madrugón que me voy a tener que dar.
El médico me ha dicho que me darán la anestesia epidural. Un pinchazo en la columna vertebral es algo que prefiero ni imaginármelo. Soy un hombre valiente. Pero esto de ejercer de diana de tantas agujas, no acabo de ver que tenga necesariamente que ser el destino de los hombres valientes.
En fin, mirémoslo por el lado positivo: mañana os espera un formidable post con una detallada descripción de mi paciencia y mis sufrimientos.
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Padre Fortea : Dios lo bendiga, sostenga y fortalezca.