“Como se hizo tarde se acercaron los discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer”. Jesús les replicó: “No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer”. Ellos replicaron: “Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces”. Les dijo: “Traédmelos”. (Mt 14,13-21)
Dos maneras de ver las cosas.
Dos maneras de solucionar las cosas.
“Despedir y que se vayan a comprar si quieren comer”.
“Dadles vosotros de comer”.
“Solo tenemos cinco panes y dos peces”.
“Traédmelos”.
Felizmente, al menos los discípulos, en el Evangelio de Mateo son ellos:
Los que ven el problema.
Al menos toman conciencia del hambre de la gente.
Claro que no es suficiente ver.
Porque se puede ver para quitarse de encima el problema.
No faltan quienes solucionan los problemas evitándolos y mandándolos lejos.
Los discípulos:
Ven el problema de la gente que tiene hambre y no tiene que comer.
Pero todavía no han cambiado de mentalidad.
Todavía siguen pensando como todo el mundo.
Todavía siguen metidos en el sistema del “vender y comprar”.
Todavía siguen pensando que cada uno ha de vérselas para buscar su propia solución.
Todavía no se sienten comprometidos con la solución del hambre de los demás.
Es su hambre, allá ellos, que se vayan.
Y es, precisamente entonces, que Jesús aprovecha la ocasión:
Para cambiarles de horizonte.
Para cambiarles de modo de pensar.
Para cambiarles de actitud.
Para anunciarles que es preciso cambiar de sistema.
Para hacerles ver que hay otras soluciones que no son el “despedirles” y que “vayan y compren”.
Que hay la solución de comprometerse ellos mismos.
Que hay la solución del compartir de lo que se tiene.
Que hay la solución de la “solidaridad”.
Que para que otros puedan comer:
No es preciso tener grandes riquezas.
No es preciso tener hasta sobrarnos.
No es preciso tener hasta ser millonarios.
Que para que otros coman:
Basta compartir lo poco que se tiene.
Que la caridad y el amor multiplican lo poco que tenemos.
Que lo poco puesto al servicio de los demás llega a muchos y sobra.
Que para que coman cinco mil hombres bastan cinco panes y dos peces.
Que cuando lo poco que tenemos lo bendecimos da para que coman todos y aún sobren un montón de cestos.
Lo poco con amor, llega a muchos.
Lo mucho sin amor, apenas llega para uno mismo.
Lo poco compartido da de comer a muchos.
Lo muchos acumulado da de comer a pocos.
No es problema de cuánto tenemos.
Es problema del sistema de “vender y comprar”.
Es problema de ver pero no solidarizarnos.
Es problema de cambiar el sistema de comprar por el sistema “de dar de los nuestro”.
Clemente Sobrado C. P.
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