La foto es de cuando estuve en la catedral de Canterbury hace un par de semanas. La película Becket, qué recuerdos del seminario.
Hoy he comido con un analista económico. He predicado en un tríduo. He ayudado a mi convento a elegir una luz para iluminar a la custodia, cuando está sobre el altar. He trabajado en mi tesis. Existen dos muffins menos en el mundo. Y mi visión del mundo no ha cambiado substancialmente. De hecho, hoy no he pensado para nada acerca del mundo.
En otro orden de cosas, he puesto nuevos sermones en este post:
Sea dicho de paso. Mientras hacía labores en mi casa, muchas se me habían acumulado, me he puesto unos auriculares y he escuchado una extensa explicación de la vida de Cicerón.
El analista con el que he comido, está leyendo una novela mía: Torres Góticas. Necesito este tipo de encuentros. Si no tengo la sensación de que escribo para el vacío y la niebla.
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