Los amigos del anonimato en la Red están apenados pues los han dejado tuertos. Ya no entrarán millones de lectores soltando bazofia contra los protagonistas de la noticia. A partir de ahora se acaba el refocilarse con quien dice la barbaridad más grande.
El entredicho Tribunal Europeo de los Derechos Humanos ha dado la razón a Estonia y ha sentenciado que los responsables de las basuras ocultas tras un comentario anónimo en cualquier sitio digital es el dueño del portal correspondiente.
¿Qué ha ocurrido?
Están los amigos de nadar en basura de comentarios procaces y ofensivos, llenos de ira contra el Tribunal Europeo, porque les han anulado la libertad de expresión a una pandilla de Trolls a sueldo personal o corporativo para salvar la dignidad de las personas humanas protagonistas de una noticia.
En ciertos portales les han pillado in puribus, pues han vivido años creyendo que el libertinaje es el mejor modo de ser los primeros en las listas de los “millones” de lectores. De prisa se están inventando unos aparatos moderadores de los comentarios de los lectores. Mientras duran las obras han cerrado el grifo de los comentaristas y los han enviado por el carril de “facebookear”, donde también se puede pillar a los Trolls de oficio y beneficio y mandarlos a la calle o al banquillo de un tribunal, según sea la basura ofensiva soltada en la página tal o cual.
Lo que más me gusta de este embrollo es que ya, por lo menos parece, se han acabado los oficiales u oficiosos Trolls ofensivos hasta la nausea circulando por la Red. Y los amigos del libertinaje de expresión tienen que tragar una sentencia que les corta sus aires de imperios digitales donde han vivido y se han jactado de disponer a su antojo de las vidas y haciendas de los blancos o protagonistas de sus noticias y opiniones vertidas dentro de la propia Iglesia Católica.
Ahora, caídos ciertos imperios digitales, veremos las fuerzas reales que cada portal tenga, e iremos más iguales por los caminos de la información y de la opinión religiosa. Esta sentencia del Tribunal de Estrasburgo la aplaudo. Hace unos días critiqué otra absolutamente indignante para las victimas del terrorismo y de la delincuencia en general en toda España.
Creo que esta sentencia traerá más calma y juego limpio en el amplísimo mundo de Internet. Ruego al Señor que así sea.
Recomendación
Invito a leer una novela y un ensayo.
La novela se titula:
Cuerpos y almas
El ensayo se titula:
Ensayo sobre el agradecimiento
Tomás de la Torre Lendínez
Publicar un comentario