En la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos es una ocasión de oro para ponerme en sintonía con un sacerdote jesuita. La Iglesia Católica militante debe demostrar la unidad entre sus miembros, como anticipo del misterio de la Comunión de los Santos.
El sacerdote jesuita vive en Nicaragua, se llama Arnaldo Zenteno, ahora acaba de cumplir 50 años de su ordenación sacerdotal dentro de la Compañía de Jesús.
Con el padre Zenteno he tenido algunas discrepancias escritas en este Blog. Ha sido un par de veces, que los amigos lectores recordarán perfectamente.
Hoy, olvidando las diferencias, veo mejor lo que nos une a ambos. El lleva 50 años de cura, un servidor 40. Me ha encantado el modo cómo está celebrando su aniversario de bodas de oro, como decimos por la tierra española, de ser presbítero.
¿Qué ha hecho el padre jesuita?
He tenido acceso a dos cartas suyas dirigidas a sus feligreses y amigos. Están escritas desde el corazón. Ambas misivas han conmovido mi espíritu fraterno de ser administradores de los bienes del Señor, como habla San Pablo, cada uno en el lugar que la Iglesia Católica nos ha situado.
En la primera carta, el padre Zenteno hace un recorrido biográfico de sus años de estudiante y cuenta cómo decidió ser sacerdote y entregarse al servicio de la llamada del Señor a seguirle en la vocación al sacerdocio.
En la segunda misiva, el padre Zenteno se vuelve gratitud, acompañamiento y servicio a sus comunidades cristianas a las que lleva sirviendo nada menos que medio siglo, cuya efemérides ahora están celebrando y preparando para completar el acontecimiento junto a otros dos compañeros sacerdotes que fueron ordenados a la vez.
El padre Zenteno ha rescatado un poema que escribió en 1988, que coloco seguidamente:
“SER SACERDOTE HOY
SER SACERDOTE HOY,
COMO AYER, COMO SIEMPRE,
ES SER HOSTIA VIVA,
ES ROMPERSE EN MIL TROZOS
PARA OFRECER
Y SER OFRECIDO,
PARA COMPARTIR
Y SER COMPARTIDO,
CON CRISTO,
PAN VIVO,
ALIMENTO INAGOTABLE
DE MI PUEBLO.
SER SACERDOTE HOY,
ES VIVIR CON USTEDES,
LA MISERICORDIA DE DIOS,
SU AMOR Y SU PERDÓN,
Y UNA PASION QUE NOS QUEMA LAS ENTRAÑAS
LA JUSTICIA Y EL AMOR.
SER SACERDOTE HOY,
ES SIMPLEMENTE UN REGALO,
UNA ALEGRÍA,
UN AGRADECIMIENTO SIN MEDIDA
UN COMPARTIR LA VIDA CON USTEDES
Y OFRECERLA CON CRISTO
EN EL ALTAR DE LA VIDA
Arnaldo”
Felicito a este sacerdote jesuita por sus 50 años de cura. Le pido perdón por si en mis discrepancias de maneras de pensar fui ofensivo en algún aspecto. Le deseo una larga vida de servicio a la Iglesia Católica y a sus feligreses y amigos.
Fuentes:
La primera carta está pulsando aquí.
La segunda carta está haciendo clic aquí.
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