
Así se ha descubierto, por ejemplo, una mayor predilección por Mozart que por la música rock. La primera produce relajación. Pero esto no es todo, se sabe también que el feto percibe los estados psíquicos del padre y de la madre, con sus emociones y sentimientos, a través de parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca.
En otras palabras, percibe el clima de amorosa acogida o de tensa preocupación por parte del ambiente familiar. Es más, puede afirmarse que estos estímulos influirán no sólo en la psicología del feto, sino posteriormente en su vida postnatal.
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