Es por esta razón que la gente seguía a Jesús, porque era el Buen
Pastor. No era ni un fariseo casuístico moralista, ni un saduceo que
hacía negocios sucios con los políticos y los poderosos, ni un
guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un
contemplativo del monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la
lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de
Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Sino que las decía de tal
manera, que la gente amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían.
Pastor. No era ni un fariseo casuístico moralista, ni un saduceo que
hacía negocios sucios con los políticos y los poderosos, ni un
guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un
contemplativo del monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la
lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de
Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Sino que las decía de tal
manera, que la gente amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían.
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