“Exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. (Mt 11,25-30)
Celebramos hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Celebramos la fiesta no de la inteligencia y razón.
Sino la fiesta del corazón.
Javier Álvarez Osorio lo llama: “El corazón de Jesús es un Corazón del viernes, el día de la Cruz”, citado por el Equipo de San Pablo.
Corazón del viernes, porque es el Viernes Santo donde mejor se manifiesta la verdad de su amor.
El Evangelio lo expresa bellamente.
El Evangelista sorprende a Jesús hablando con el Padre.
Expresando sus sentimientos con el Padre.
Y una de las cosas que comenta con el Padre es:
No es la inteligencia la que entiende el misterio del amor.
Sino que es el corazón.
Por eso no son los grandes sabios los que mejor entienden el misterio del corazón de Dios.
Los que entienden el misterio de Dios son los sencillos, los que no saben mucho, pero tienen un corazón grande.
No es fácil entender el misterio de la Cruz con la razón.
Al contrario, la crucifixión y la cruz hasta pareciera algo irracional.
La crucifixión habla de la irracionalidad del hombre.
La crucifixión habla de la brutalidad del hombre.
La Pasión no es fácil entenderla con la cabeza.
Sólo podremos entenderla con el corazón.
Mi Fundador, San Pablo de la Cruz, introdujo una linda jaculatoria:
“Que la Pasión de Jesucristo esté siempre grabada en nuestros corazones”.
Porque la Pasión y Muerte de Jesús es cosa del amor de Dios.
Porque la Pasión y Muerte de Jesús es cosa del corazón de Dios.
Al amor solo lo entiende el amor.
Y al corazón solo lo entiende el corazón.
Por eso de ese Corazón traspasado de Jesús:
Brota la última gota de sangre.
Brota el agua que lava la última gota de Sangre.
Brota la Iglesia, hecha sacramento del Corazón de Jesús.
Brota el cristianismo, sacramento del amor de Dios a los hombres.
Por eso son los sencillos los que mejor entienden el misterio de la gracia.
Porque:
Los sencillos no entenderán grandes teologías.
Los sencillos no entenderán grandes ideas.
Los sencillos tal vez no entienden todo ese proceso de juicios contra el inocente.
Pero los sencillos:
Entienden el amor.
Entienden lo que es ser amado.
Son capaces de “tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús”.
Entienden que se puede cargar con el yugo de Jesús, porque es yugo de amor.
Aprenden la mansedumbre y humildad del corazón.
Y encuentran descanso, alivio, esperanza en el corazón de Dios.
La fiesta del Corazón de Jesús, como fiesta del “Corazón del Viernes”, es la fiesta:
De los que buscan el amor.
De los que creen en el amor.
De los que se sienten amados.
De los que sienten que Dios es de ellos y para ellos.
De los que se comprometen a amar.
Clemente Sobrado C. P.
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