Una mala interpretación de la penitencia, la ve simplemente como un castigo fuerte, o peor, como un deseo extraño de sufrir. Y puesto que la penitencia es tan propia de la Cuaresma, la consecuencia es que se empieza a ver la Cuaresma como un tiempo incómodo que sencillamente no se ajusta a nuestro estilo de vida, y por consiguiente puede ser omitido.
El principal y más grave olvido en ese modo de pensar es que nuestro trabajo cuaresmal tiene un propósito medicinal. En efecto, el Miércoles de Ceniza decimos: “que la penitencia corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos tus fieles.” El dolor, el sacrificio, el ayuno, la abstinencia, no son fines en sí mismos sinoejercicios que quieren acercarnos a un fin de renovación interior.
Con ese espíritu de curación y de renovación estamos ofreciendo breves meditaciones (180 segundos cada una) para cada día de este precioso tiempo. El nombre de esa serie de audios es: “Cuaresma de Sanación” y la encuentras haciendo clic en este enlace.
Para la muestra, la siguiente es la meditación para el Sábado después de Ceniza:
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