Ya he llegado a Zaragoza. Qué largo se me hace el viaje de 300 kms. Siempre hago viajes cortos en coche, y cuando conduzco tres horas, me parece La Historia Interminable. Y eso que he hecho dos paradas en medio. Menos mal que la Providencia puso justo en medio del camino el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta. Eso me viene fenomenal, para parar y pasear por el claustro rezando el breviario.
Pero si fui tan afortunado en tener el monasterio en la mitad del viaje, soy muy desafortunado en los horarios en que está abierta la puerta de entrada. Siempre me la encuentro cerrada.
Cuando llego o los monjes están en el descanso de después de la comida o están en vísperas o están cenando o están en el descanso de después de la cena. Confío en que algún día me la encontraré abierta. Tampoco me extrañaría que Masiá sea el fraile portero y cierre el portón cada vez que ve acercarse mi coche.Ya he llegado a Zaragoza. Qué largo se me hace el viaje de 300 kms. Siempre hago viajes cortos en coche, y cuando conduzco tres horas, me parece La Historia Interminable. Y eso que he hecho dos paradas en medio.
Menos mal que la Providencia puso justo en medio del camino el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta. Eso me viene fenomenal, para parar y pasear por el claustro rezando el breviario.
Pero si fui tan afortunado en tener el monasterio en la mitad del viaje, soy muy desafortunado en los horarios en que está abierta la puerta de entrada. Siempre me la encuentro cerrada.
Cuando llego o los monjes están en el descanso de después de la comida o están en vísperas o están cenando o están en el descanso de después de la cena. Confío en que algún día me la encontraré abierta. Tampoco me extrañaría que Masiá sea el fraile portero y cierre el portón cada vez que ve acercarse mi coche.
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