Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Sábado de la 24 a. Semana

San Mateo, Evangelista


“Cuando salía de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de los impuestos y la dice: “Sígueme”. El se levantó y le siguió”.


(Mt 9,9-13)


La Liturgia celebra hoy la fiesta de San Mateo a quien se le atribuye el Evangelio que lleva su nombre.

¿Quién ha dicho que la vida es una línea recta, siempre igual?

La vida se despierta cada mañana con grandes novedades.

Dios se despierta cada mañana con grandes sorpresas.


El Evangelio de esta fiesta de Mateo me trae varias ideas que quisiera compartir:

La primera: “al pasar Jesús vio a un hombre llamado Mateo”.

No reparó en que era un publicano.

No reparó en que era un hombre mal visto entre la gente.

No reparó en que era un hombre pecador.

Sencillamente reparó:

En que era un hombre.

En que dentro de ese hombre había muchas posibilidades.

En que, por encima de todo, tenía madera para ser uno de los suyos.


Jesús no es de lo pasan y solo ven lo que somos.

Jesús es de los que, al pasar a nuestro lado, solo ven:

“lo que podemos ser”,

“lo que somos capaces de ser”.

Jesús, al pasar, no se fijó en el hombre sentado.

se fijó en el hombre capaz de escuchar su invitación.

se fijó en el hombre capaz de levantarse y seguirle.

se fijó en el hombre capaz de cambiar.

se fijó en el hombre capaz de anunciar el Evangelio.


No le miró como le miraron todos los que pasaban.

Hay miradas que no ven nada.

Hay miradas que solo ven por fuera.

Y hay miradas que ven lo que hay por dentro.

Las miradas de Jesús siempre son diferentes al resto de miradas.

Ven lo que nadie ve.

Ven lo que otros no son capaces de ver.


Y lo maravilloso de Jesús es:

No ver al pecador sino al posible discípulo.

No ve al pecador a quienes todos odian y rechazan.

Sino al hombre en el cual basta sembrar la semilla del Evangelio para que se pongan en pie.


La segunda: “se levantó y le siguió”.

Nadie sabe las posibilidades que lleva dentro de su corazón.

Hasta los malos tienen por dentro madera de santos.

Hasta los malos tienen por dentro mucho de bueno.

Hasta los malos tienen por dentro posibles ansias de dejar de serlo.


Todo es cuestión de sentir que:

Para alguien es importante.

Para alguien es toda una posibilidad.

Alguien, a pesar de todo, todavía cree en él.

No haciéndonos sentir malos es que podemos cambiar.

Lo que puede cambiar nuestras vidas puede ser una simple palabra:

“Creo en ti”.

“Sígueme”.

“Ven conmigo porque te necesito”


Qué importante es, amigos:

Fijarnos en la persona y no en los defectos de la persona.

Fijarnos en la persona y no en la vida pasada de la persona.


Y qué importante es:

Que alguien crea en nosotros.

Que alguien tenga fe en nosotros.

Que alguien nos valore.

Que alguien nos necesite.

Que alguien cuente con nosotros.


Estos son los que nos hacen levantarnos de la silla en la que nos habíamos instalado y nos pone en camino de una nueva vida.

Estos los que despiertan lo dormido dentro de nosotros.

Estos son los que nos hacen crecer cada día.

Estos son los que cada mañana nos devuelven la alegría de vivir.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo C Tagged: apostol, evangelista, levi, san mateo

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets