El pasado sábado pasé por el convento de la Carmelitas descalzas que se encuentra en Cervera del Río Alhama. Fui a visitar a mis sobrinas carmelitas: las hermanas María de las Mercedes y Monserrat de la Sagrada Familia.
Celebré la misa en la iglesia del convento y luego pude estar un rato hablando con ellas.
Como hacía tiempo que no nos veíamos, me hicieron muchas preguntas y se interesaron por mis proyectos y actividades. Al terminar, me pareció lógico preguntarles si querían que yo rezara por alguna intención suya en concreto.
La hermana María de las Mercedes no dudó un momento:
- ¡Que nos convirtamos! Especialmente en los ejercicios espirituales que tendremos el próximo sábado (es decir, mañana)
- ¿Y no queréis que pida por las vocaciones, para que vengan otras novicias a vuestro convento?
- Si nos convertimos, el Señor nos las enviará!
Eso son ideas claras. Pedimos a Dios muchas cosas, pero nos olvidamos de lo principal: que nos convirtamos, es decir, que nuestro corazón lata con las pulsaciones de Dios.
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