Conocer el nombre de los feligreses
Recordó cómo era lindo cuando los párrocos conocían a sus fieles, incluso uno que le contaba que conocía el nombre de los perros de sus fieles. ¡Qué bonito!, exclamó el papa.
No a los sermones aburridos
Ironizó además sobre las prédicas que son muy largas, aburridas y no dicen nada, y mirándo a los sacerdotes, sonriendo les dijo "esto es para ustedes".
¡Habrá que tenero en cuenta! ¡Intentemoslo!
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