Del Vatican Insider
“Está dispuesto y lo va a hacer… él va ir a China”. Se muestra convencido Carlos Luna, compatriota de Francisco. Se refiere a un deseo concreto del Papa, que él está dispuesto a convertir en realidad. El exiliado político argentino es un personaje peculiar. Guardaespaldas de la madre del Che Guevara en su juventud, la vida le permitió reunirse por segunda vez en cinco meses con el pontífice, con el cual mantiene una amistad fuera de lo común.
“Es clave que visite China, estamos trabajando en eso. Es un país con 300 millones de cristianos que están olvidados, no sólo son católicos sino también protestantes. Además existe el problema de los obispos nombrados desde el Vaticano y que no son aceptados. Hay que elaborar un proyecto para que Francisco sea el primer Papa en la historia que visite China”, contó el propio Luna en entrevista con el Vatican Insider.
Sentado en uno de los sillones ubicados en el ingreso de un hotel romano, aclaró que “está trabajando” por ese sueño de Jorge Mario Bergoglio. Y aunque aceptó no tener investidura o poder formal alguno, sí aseguró contar con “uno o dos contactos” en territorio chino. Poco, tal vez, para un país de dos mil millones de habitantes.
En realidad su vínculo con China hunde sus raíces en el pasado. En la década de los 70 tuvo “un paso” por allí. No dijo cuánto duró su estancia, pero sí reveló que sus amigos llegaron a darle el nombre de Wo Dao (el que muestra el camino). Quizás por su afición por las artes orientales y el taoísmo.
Muchos años antes había conocido a militantes chinos en Cuba, donde él mismo recibió entrenamiento paramilitar entre 1961 y 1962. A sus 17 le tocó, junto con otras dos personas, acompañar hasta La Habana a una señora. En la isla la esperaba su hijo, que era Ernesto Guevara, el Che. Fue entonces como conoció a “la cúpula”, como él mismo la calificó.
Una década después se vio obligado a abandonar la Argentina. Sentía cerca la amenaza tanto de la guerrilla urbana de izquierda (Montoneros), que lo consideraba un traidor, como de los sicarios de la Triple AAA (Alianza Argentina Anticomunista). Logró escapar del país con dirección a Chile gracias al apoyo de algunos sacerdotes jesuitas. Corría el año 1972, algunos meses antes que Jorge Mario Bergoglio llegase a ser un joven provincial de la Compañía de Jesús. “No llegué a conocerlo a él entonces, pero me ayudaron los suyos”, precisó Luna.
Pasaron más de 40 años y finalmente conoció a aquel superior jesuita, ahora convertido en el Papa. Con él instauró un intercambio epistolar a través de internet que partió de la situación de los exiliados argentinos y se amplió a muchos otros temas. El 12 de febrero pasado, Carlos y Rodolfo, los “hermanos Luna”, fueron recibidos por primera vez en la Casa Santa Marta por el líder católico, en una reunión que duró una hora.
El segundo encuentro tuvo lugar el 7 de julio y se extendió por 77 minutos. “Tocamos varios temas: la violencia contra las mujeres, el antisemitismo, el medio ambiente, los excluidos y la paz”, señaló Carlos.
Entre otras cosas Francisco se mostró profundamente preocupado por la crisis de los menores migrantes que intentan atravesar solos el desierto e ingresar ilegalmente a Estados Unidos. “Hay que parar su migración, ellos no tienen futuro”, clamó.
Entonces se tocó la propuesta de un viaje papal a México, prácticamente un hecho (aunque aún no tiene fecha). Luna confirmó que él mismo –en varias ocasiones- le hizo ver a Francisco la importancia de visitar ese país y apuntó: “Él le prometió al presidente mexicano que va a ir y lo va a hacer”.
Responsable de la candidatura del Papa para Premio Nobel de la Paz, el exiliado no duda en que será reconocido con ese galardón. Su cercanía con Francisco lo ha hecho famoso tanto en Suecia como en Argentina. En ambos países partidos políticos le ofrecieron ser candidato a algún puesto de elección popular, pero no aceptó. Hasta diplomáticos y obispos lo han contactado para preguntarle cómo lograr que Bergoglio los reciba más allá de un par de minutos. Su respuesta fue siempre la misma: “Yo no tengo ningún poder, no represento a ningún movimiento”.
“Francisco es un iluminado. Él tiene una conexión especial con las fuerzas que son esenciales en este universo; él trabaja mucho por inspiración y, como tal, es pura energía. Si te acercas a él eso se nota, se siente. En esa inspiración él sabe con quienes tomarse de la mano para marchar”, indicó.
“Él no es un líder político, está generando cambios más allá, transformaciones de tipo mental. Cuando él apunta a un lugar allí se producen los cambios, diciendo dos palabras es capaz de modificar un escenario. Lo hace porque sabe del impacto que va a generar. Este mundo actual, que es tan complejo, necesita de seres especiales”, agregó.
Su relación con Bergoglio continuará, de eso Luna no tiene dudas. Al despedirse de él en Santa Marta el Papa exclamó: “La seguimos por mail…”. Ambos saben que así será, entre otras cosas porque traen “algo” entre manos. “Ya se sabrá”, advirtió Carlos, con una media sonrisa en la boca. “Tiene que ver con la promoción de la paz… pero no puedo decir más”.
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