Precioso y veraniego día en que he celebrado a Santiago Apóstol por todo lo alto. En la Misa de doce la organista ha acompañado los cantos, hemos tenido abundante incienso y la homilía ha sido un canto a la fe apostólica y una petición al Apóstol para que nos la guarde y aumente. Y, como ayer, hemos culminado la celebración con la salve ante la Virgen del Pilar y la representación de Santiago recibiendo su visita a las orillas del Ebro.
Con los compañeros sacerdotes he disfrutado de una comida festiva y aún tuve tiempo en la tarde para hacer una escapada a mi pueblo natal ¡Un felicísimo día de fiesta!
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