Los textos son de santa Teresa de Ávila (1515-15829) y las fotografías de la iglesia de santa teresita de los carmelitas descalzos de Oklahoma City (USA).
PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS, CONDENADO A MUERTE
“Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades. ¡Bendito sea tal libro, que deja impreso lo que se ha de leer y hacer, de manera que no se puede olvidar!” (V 26,5).
- Hoy abro mi corazón a Ti, Señor Jesús, para aprender verdades: el amor es más fuerte el odio, el amor no entiende de límites ni de treguas, la vida se nos da a chorros cuando Tú subes camino del Calvario.
SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
“No dejen de considerar muchas veces la Pasión y vida de Cristo, que es de donde nos ha venido y viene todo bien” (V 13,13).
- Cuando el camino es áspero y las cargas insoportables, sabemos que Tú nunca nos dejas solos.
TERCERA ESTACÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR PRIMERA VEZ
“Si quiere ganar libertad de espíritu y no andar siempre atribulado, comience a no espantarse de la cruz, y verá cómo el Señor la ayuda a llevarla y con el contento que anda” (V 11,17).
- Señor Jesús, tu ternura nos levanta; tus ojos nos regalan una mirada de compasión para los que están caídos.
CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
“Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes… ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe sí” (V 22,7).
- Cuando voy a tu encuentro, Señor Jesús, me hallo con la luz de tu mirada y sé nunca me dejarás en el camino.
QUINTA ESTACIÓN: JESÚS, AYUDADO POR UN CIRINEO
“Bien de todos los bienes y Jesús mío, ordenad modos cómo yo haga algo por Vos, que no hay ya quien sufra recibir tanto y no pagar nada. Cueste lo que costare, Señor, no queráis que vaya delante de Vos tan vacías las manos” (V 21,5).
- ¿Cómo es que necesitas mi ayuda, Señor Jesús? Aquí tienes mis manos.
SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
“Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera” (V 22,4).
- Cuando te miro, Señor Jesús, con la cruz a cuestas, tu rostro se queda grabado en mi corazón y toda mi vida se abre a tu amor.
SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ
“Acuérdense de sus palabras y miren lo que ha hecho conmigo, que primero me cansé de ofenderle, que Su Majestad dejó de perdonarme. Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir” (V 19,15).
- Si caigo, Señor Jesús, por segunda vez, Tú me das la mano.
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