Formación y discernimiento - 3



Continuación: Formación y discernimiento. Los centros espirituales ante el supermercado de ofertas espirituales: Líneas de pensamiento frente a las diferentes ofertas religiosas o pseudoreligiosas que ofrece la cultura actual. // Autor: S. Em. José Ángel Rovai | Fuente: http://www.humanitas.cl



c.- Un Dios que busca la promoción humana. El cristianismo como desarrollo integral de todas las dimensiones humanas.



Es muy importante recordar algunas verdades propias de la antropología teológica, algunas de las cuales ya las hemos expresado a lo largo de la exposición y otras procuraremos hacerlo ahora.



El hombre desde la óptica cristiana es fundamentalmente una vocación. Es un proyecto de Dios y por eso es un ser histórico.



El ser humano no se realiza de golpe ni en un solo acto, sino progresivamente. Es un proceso largo y lento el devenir humano como adulto.



Es un peregrino que va camino de una meta, desde su dimensión personal en el seno de toda la comunidad humana.[24]



Es una promoción integral como la proponía Pablo VI en la carta Populorum Progressio. Se parte con una visión completa del hombre que abarca todas sus dimensiones evitando de esta forma toda posibilidad ideológica y mutilante del ser humano. El hombre debe crecer como ser Trascendente, personal, cósmico y social, situado en la historia y con capacidad de operar para transformar el mundo y al mismo tiempo plenificarse a sí mismo. Es lo que hoy suele llamarse la liberación integral de todo aquello que esclaviza al ser humano y le impide su plena y total realización. No se trata de una visión desarrollista que mira exclusivamente a la dimensión económica del hombre. ( tanto el marxismo como el liberalismo acentuaban hasta la idolatría esta dimensión económica del hombre)



En todo este proceso deberá tenerse en cuenta las limitaciones humanas de todo tipo sean físicas psíquicas o sociales. El cristianismo no cree en el superhombre y aquí deberá tenerse en cuenta la opción preferencial por los pobres débiles y sufrientes.



Hay que entender en su justa dimensión lo que es la promoción humana Se trata de una antropología que tiene en claro la realidad del pecado en la humanidad y la consecuente redención en Cristo.


Por eso el hombre deberá evitar todo tipo de idolatría que lo exalte por encima de sí mismo y le haga perder de vista su creatividad permanente en el tiempo y en la eternidad. De esta forma se evita una mirada perfeccionista del ser humano y una excesiva ponderación de los talentos recibidos.



III.- Propuesta de superación desde una perspectiva católica



Intentaremos proponer aquí algunas sugerencias que se pueden realizar a partir de una visión católica integral de la realidad.



Nos parece que las mismas tienen que partir ce una perspectiva dialogal, buscando siempre la perspectiva evangelizadora de las personas que participan o son simpatizantes de la nueva era.



Es la actitud de la Iglesia marcadamente subrayada por el Concilio Vat. II y que tienden a tirar puentes que pueden ser útiles buscando siempre el bien de las personas.[25]



a.- Eclesialidad de la existencia cristiana ( el misterio integral de la existencia y de la comunión eclesial tal como aparecen en LG ns. 2 y 9 en el contexto de todo el capítulo primero de esta misma constitución)[26]

Se trata de revalorizar el contenido teológico de la Iglesia como Sacramento de la comunión de los hombres con Dios y de éstos entre si. (LG n. l)



Allí vemos con claridad como la Iglesia, como le gustaba decir a Pablo VI es la zona humana invadida por la Trinidad. Desde aquí vemos con claridad la conexión entre las procesiones, las misiones trinitarias y la Iglesia. (ver LG ns. 2 al 4)



De esta forma la comunidad eclesial es ante todo "un acontecimiento salvífico" y la misma institución está al servicio de este misterio. La dimensión de la Iglesia como sacramento original de salvación, contiene y nos conduce a la comunión trinitaria injertándonos en ese misterio, congregándonos como Iglesia y logrando lo que es el camino de la salvación que constituye en la comunión con Dios.[27]

Esta comunión tiene como una doble vertiente una"vertical" con la Trinidad, otra "horizontal" de los hombres entre sí. Por eso el alma creada de la Iglesia es la virtud de la caridad, así como su alma increada lo constituye el Espíritu Santo.

Una comunión que es simultáneamente una y pluriforme. La Iglesia vive de modo disperso en todo su ser eclesial lo que en Dios se da en la plenitud de su unidad plena.



Por eso la multiplicidad eclesial lejos de ser una imperfección manifiesta más plenamente la riqueza que ella encierra y que hace que su misión evangelizadora sea compleja e integral. Con sus múltiples y variados carismas vividos permanentemente en la Iglesia peregrina en una constante tensión realizadora y planificaste la Iglesia ofrece integralmente al mundo una visión plena y rica de Cristo[28]

Desde aquí debemos contemplar la misión evangelizadora de la Iglesia. Tarea que corresponde a todos por el hecho del bautismo que nos hace pueblo de Dios y desde allí protagonista de la misión eclesial. Todos responsables de la misión. De esta forma aparecería en su plenitud la riqueza y la integralidad de la visión cristiana[29]



Solo una vivencia integral de la Eclesialidad podrá constituir una propuesta que ayudará en el dialogo con la nueva era.[30]



Hay otras partes en el documento donde se señala la responsabilidad que los cristianos podemos tener frente a esta realidad.



Desde este punto la nueva era constituye un gran desafío para la vivencia y la misión de la Iglesia y que solo desde la propia identidad católica asumida integralmente, desde allí ejercitar la capacidad del dialogo y sensibilizarnos al clamor que podemos percibir en los que pertenecen a la nueva era.

Se trata de un camino de discernimiento, que es de por si lento, paciente y constante y que solo siendo así podrá brindar frutos en esta dirección. Debemos evitar como una actitud inmediata, el juicio condenatorio. Deberemos aplicar aquí lo que decía constantemente Pablo VI "el creyente deberá conocer los movimientos históricos, las ideologías que lo provocan y mantienen, y al mismo tiempo las aspiraciones humanas que podemos percibir en ellos".



Esto demanda una mirada profunda y comprensiva sobre la nueva era, que lleve a un profundo y serio discernimiento.

Continúa
13:02

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