Como el evangelio de ayer hablaba de la Samaritana, he dedicado las dos últimas entradas a explicar que ella representa a cada hombre que busca la felicidad, aunque a veces en los lugares equivocados. Su encuentro con Cristo cambió su vida y puede cambiar la nuestra. Santa Teresa de Jesús, cuando era niña, pasaba largas horas mirando un cuadro de su casa que la representaba y que hoy se conserva en el monasterio de la Encarnación. Los artistas contemporáneos la siguen pintando. Aquí recojo 10 fotografías muy interesantes:
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