Hoy iba a hablar un poco más de la Transición, pero es que me han sacado una muela. No sé por qué, pero me imaginaba al dentista luchando por arrancarla, y yo agarrándome al sillón, oyendo crujidos. Después, todo ha sido tan poca cosa que me he quedado sorprendido, como diciendo: ¿eso ha sido todo?
En la foto muestro la muela que me han sacado. La pongo aquí porque un escritor debe mostrar su intimidad, y porque tres lectores me la habían pedido para ponerla como salvapantallas.
Si San Pablo hubiera vivido en nuestra época, tendríamos sus radiografías dentales, sus twitters, su declaración de la renta, 500 o 600 selfies, 8000 emails y quizá un blog suyo que complicaría mucho la exégesis de su pensamiento, dando lugar a varias corrientes de pensamiento paulino antagónicas entre ellas.
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