Del Vatican Insider
Francisco está preocupado por el avance de la “mano dura” en las legislaciones penales de América Latina. Así lo confesó el propio pontífice al abogado Roberto Carlés, coordinador de un grupo de especialistas que trabajó en un proyecto de reforma al Código Penal en Argentina. “El Papa advierte el peligro de las campañas de ‘ley y orden’, que muchas veces son usadas con fines electoralistas y agravan los problemas humanitarios”.
Por casi una hora se extendió el encuentro, la mañana del sábado en la Casa Santa Marta, la residencia papal en El Vaticano. Carlés, quien se doctoró en derecho por la Universidad de los Estudios de Ferrara (Italia), había visto por primera vez al líder católico en junio de 2013.
En esa ocasión le contó de su trabajo en el Código. El Papa se interesó en el tema y le pidió que lo mantuviese al tanto. El letrado así lo hizo. A los informes enviados siguió el encuentro del 22 de marzo. La situación del derecho penal en Latinoamérica centró la charla.
Según declaró el propio Carlés al Vatican Insider, Jorge Mario Bergoglio constató que el aumento indiscriminado de las penas no representan una solución contra la inseguridad, como lo demuestra el caso de Estados Unidos donde la práctica de la sentencia a muerte no ha logrado disminuir los índices de delincuencia.
“Las campañas de ley y orden se traducen en problemas humanitarios, con cárceles sobrepobladas y con un índice muy alto de presos sin condena en América Latina. Más allá de un asunto humanitario acá se trata de una cuestión básica, tenemos las cárceles llenas”, señaló.
Explicó que a Francisco le dio un panorama sobre las reformas a los códigos penales de los últimos cuatro años en diversos países como Brasil, Ecuador y Uruguay las cuales, con mayor o menor éxito, han endurecido los castigos.
“Se mostró preocupado por la situación de los jóvenes, los más expuestos al sistema punitivo. Los hombres jóvenes, los habitantes de las villas o las favelas, que muchas veces padecen los estereotipos de los medios de comunicación y terminan asumiendo los estereotipos, convirtiéndose en delincuentes”, dijo.
“Además insistió en la necesidad de tipificar el delito de la trata de personas como un crimen contra la humanidad, porque es la forma en que se genera la esclavitud moderna. Insistió mucho en el problema de los presos sin condena”, apuntó.
El proyecto de reforma al Código compilado por el grupo que encabezó Carlés desató una encendida polémica en Argentina y se granjeó las críticas de algunos exponentes políticos como el opositor Sergio Massa.
Al respecto el abogado explicó que la iniciativa no busca beneficiar a los delincuentes condenados ni despreciar a las víctimas, sino reconocer que el delito es un fenómeno plural que exige un abordaje distinto.
Recordó que en 2013 el mismo Papa Francisco ordenó la abolición de la cadena perpetua del Código Penal vigente en El Vaticano y reconoció la selectividad de la sanción carcelaria durante un discurso en el cual lamentó que la justicia es como una red “que atrapa sólo a los peces pequeños” mientras “los grandes nadan libres”.
“La Iglesia ha tenido desde siempre las posturas más progresistas del mundo al sostener que el ser humano está por encima de los sistemas. Pero esta declaración es una novedad porque reconoce que el poder punitivo no logra sancionar a los poderosos”, estableció.
En la audiencia Carlés invitó al líder católico a dirigirse, con una carta o con un mensaje, a los congresos de la Asociación Internacional de Derecho Penal, que tendrá lugar en Río de Janeiro (Brasil) en la primera semana de septiembre próximo, y de la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología, previsto en Tegucigalpa (Honduras) a mitad de este año.
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