En el aspecto socio económico, en la época de Jesús por lo general no existía la clase media. Sólo habían dos estratos sociales, sin tomar en cuenta a los esclavos: los ricos y los pobres.
Los ricos eran pocos en número, pero muy poderosos. Eran conservadores en temas religiosos y también en los asuntos políticos. Generalmente pertenecían al grupo de los saduceos, quienes eran los grandes comerciantes y terratenientes. Varios de ellos eran ancianos, miembros del Sanedrín.
Los sacerdotes jefes de familia eran integrantes de la aristocracia de Jerusalén, y pertenecían a unas dieciséis familias aproximadamente. Era gente muy rica, con los grandes ingresos y poder que producía una religiosidad y culto montados en relación al Templo. Eran además los principales administradores del tesoro, y esta administración llevaba un dominio usufructual, pues se aprovechaban de todas sus rentas. También las familias de los Sumos Sacerdotes se encontraban entre las más ricas del país.
Sin embargo, la mayor parte de la población estaba compuesta por gente pobre, entre quienes se encontraban:
Jornaleros: Asalariados que ganaban el sustento con su trabajo. Se les pagaba un denario más la comida, por cada día de trabajo de sol a sol.
Escribas: No tenían un oficio concreto ni ejercían el comercio. Como la enseñanza de la Ley debía ser gratuita, estos escribas eran generalmente pobres y vivían de las ayudas que recibían de sus seguidores, de la hospitalidad espontánea que les ofrecían, y de las invitaciones a tomar parte en los banquetes celebrados en otras casas. El Evangelio dice acerca de ellos: “Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes, y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa” (Marcos 12:38-40).
Esclavos: La mayoría de ellos estaban en el palacio de Herodes y venían a ser como criados domésticos no libres. Los judíos solo podían ser esclavos durante seis años, y si el dueño no era judío, el esclavo debía ser rescatado por sus parientes. El servicio de esclavo no era considerado deshonroso; inclusive el jornalero vivía de forma mucho más insegura que el propio esclavo.
Mendigos: Jerusalén era ya en tiempos de Jesús un centro de mendicidad. Los mendigos se concentraban en torno al Templo y vivían de la limosna de la gente piadosa. La limosna era una de las tres prácticas fundamentales de la piedad judía, junto con la oración y el ayuno.
‘Am ha’aretz’: Así se denominaba al pueblo de la tierra, los campesinos, quienes eran considerados por los sacerdotes como ignorantes de la Ley e incapaces de cumplirla.
La clase media prácticamente no existía, y la poca que había estaba concentrada en Jerusalén. Pertenecían a ella pequeños comerciantes, artesanos propietarios de sus talleres, y los dueños de las hospederías de Jerusalén.
LA ALIMENTACION
La familia campesina tenía que trabajar arduamente para poder vivir. El hombre labraba el campo mientras que la mujer y los niños se encargaban de los quehaceres domésticos, sacando agua del pozo del pueblo antes de que calentara el día, con un balde hecho de cuero de cabra o en tinajas.
Luego escogían la semilla para eliminar así cualquier partícula contaminada. Mientras algunas semillas eran colocadas en una lamina de metal caliente, la mayor parte se trituraba en el molino de mano y se formaban tortillas que eran cocidas en hornos de barro. El pan crecía en tamaño al añadirle parte de una masa con levadura, preparada el día anterior.
LA VESTIMENTA
La vestimenta estaba condicionada por el clima. Se usaban mantos largos y holgados para mantenerse fresco, pero el tipo de tela lo determinaba la riqueza y el estatus social de cada persona.
El campesino usaba un delantal o una túnica, y manto. La túnica del hombre era blanca y llegaba hasta la rodilla, de manera que para trabajar o correr había de recogerla alrededor de la cintura, lo cual se conocía como ceñirse los lomos. La túnica de la mujer era parecida, pero más adornada y colorida. El manto externo era largo y de lana, con franjas alternadas de tonos color café, partido desde los hombros hasta los brazos.
Como la mayoría de los telares judíos median tan solo un metro de ancho, se cosían juntos dos pedazos de tela para así poder lograr la longitud deseada. La túnica inconsútil de Jesús fue la excepción.
Los ricos podían darse el lujo de poseer telas teñidas en brillantes colores, y usaban una chaqueta corta encima de la túnica. A menudo la ropa era la señal de la profesión de la persona.
El calzado del pobre, si lo tenía, era una suela de cuero atada al tobillo por una faja que pasaba entre los dedos de los pies. Si se era más pudiente podía usarse zapatillas de cuero.
Como había que proteger del sol la cabeza, se usaba un turbante o una tela cuadrada sujetada a la cabeza con un cordón.
Los pobres no tenían qué ponerse para dormir. Simplemente se aflojaban el cinturón y se envolvían en el manto.
Los israelitas vivían principalmente como una comunidad agrícola, por lo cual su trabajo se relacionaba básicamente con la agricultura, o con algún tipo de trabajo manual artesano domestico común.
Había cuatro tipos de trabajos básicos en la época de Jesús que eran llevados a cabo por la gente sencilla:
Agricultura: Era la ocupación más importante. Cuando las lluvias tempranas del otoño suavizaban la tierra se hacían eras con un sencillo arado de madera tirado por un buey. La semilla se esparcía a mano y las lluvias tardías de la primavera producían la cosecha.
Para cosechar se arrancaba la planta de cuajo, o si no, se cortaban los tallos con una hoz de madera en cuyo filo había aristas cortantes. Se llevaba el grano a un piso duro de tierra nivelada, llamado desgranador, en donde por las pisadas de los bueyes se separaba el grano de la paja.
Cuando soplaba la brisa de la tarde se aventaba el grano con un gran tridente. El viento se llevaba la paja liviana, que posteriormente era recogida y amarrada para servir de combustible en los hornos caseros. Se finalizaba la tarea mediante el uso de una pala, que también removía el polvo. Luego el grano puro se medía y se empacaba para su uso o venta.
Otras cosechas importantes eran las uvas, las aceitunas y los higos. Las uvas se pisaban en un lagar y se fermentaba el jugo para preservarlo y elaborar posteriormente el vino. Las aceitunas se majaban también para elaborar el aceite, elemento indispensable para la cocina, las lámparas, la medicina y la limpieza.
Pesca: En tiempos del Antiguo Testamento se pescaba poco y, además, los israelitas no eran buenos marineros, de manera que la pesca se limitaba a unos pocos ríos y lagos, en especial el lago de Galilea.
Pero ya en tiempos de Jesús florecía la industria pesquera en Galilea. En el lago abundaba la pesca, de tal manera que era posible atrapar los peces con solo lanzar un círculo con pesas, o bien una red desde la ribera y luego recogerla hacia la playa. El procedimiento más corriente era el de suspender entre dos barcas una red barredera con pesas abajo y corchos por encima, atrapando así el pescado en un círculo de redes en medio del lago, o si no arrastrándolo hacia la playa para atraparlos en los bajíos. Parte de la pesca se vendía enseguida y el resto se salaba para su conservación.
También se pescaba con arpón y aún con canas y cuerdas. La tarea podía ser peligrosa porque a menudo se levantaban tormentas sin previo aviso, las cuales eran causadas, la mayoría de las veces, por los vientos fríos que bajaban de las laderas nevadas del Monte Hermón, o en otras ocasiones por las corrientes de agua caliente provenientes del lago, que se mezclaban con el aire fresco que cruzaba las colinas cercanas al Mediterráneo.
Pastoreo: Desde los primeros tiempos el trabajo de pastoreo era también muy importante. Como el pastor tenía que alimentar y también proteger a su rebaño, viajaban largas distancias, especialmente durante el caluroso verano.
Todas las noches debía contar el rebaño y se acostaba en la puerta del corral, a la que denominaban la puerta de las ovejas. Debía mantener una vigilancia constante por razón de los animales salvajes que aparecían en los bosques del Valle del Jordán, especialmente chacales y leones.
El pastor normalmente tenía a su cargo un rebaño mixto de cabras y ovejas. A las cabras tenía que arrearlas, pero las ovejas iban detrás del pastor. Tanto la lana como el pelo de la cabra se usaban para fabricar ropa. Además las cabras también daban leche, y juntamente con el queso y la carne, tanto de ovejas como de cabras, se convirtió en una importante fuente de ingresos para el pastor.
Artesanía: Aún en tiempos primitivos se practicaba todo tipo de artesanía doméstica.
El carpintero fabricaba y reparaba implementos agrícolas tales como arados, rastrillos y desgranadores, y también elaboraba los muebles básicos del hogar. Pero había poca madera, ya que no abundaban los árboles en aquella zona.
El albañil sacaba la piedra caliza que constituye la base del suelo de Palestina, dándole la forma necesaria para las construcciones.
El alfarero usaba la arcilla para crear utensilios caseros, para lo cual empleaba un torno manual o que funcionaba con los pies, y un horno primitivo.
El curtidor también tenía una ocupación importante, pero trabajaba fuera del pueblo, junto a algún rio, por motivo del olor. Allí elaboraba sandalias, cinturones y también los odres de cuero de cabra que se usaban para transportar agua, vino o aceite.
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