Del Vatican Insider
La arquidiócesis argentina de Rosario tiene un nuevo pastor. El Papa Francisco lo designó este viernes. Se llama Eduardo Eliseo Martín, de 61 años y era, hasta hoy, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto en la provincia de Córdoba. Es un hombre sencillo y religioso. Deberá poner todo su empeño para pacificar a la Iglesia rosarina, que vivió tiempos turbulentos en el último tramo de gestión del anterior arzobispo, José Luis Mollaghan.
Esa sede episcopal estaba vacante desde el 19 de mayo. Entonces, la Santa Sede anunció un peculiar traslado: Mollaghan dejaba su puesto para sumarse a una “comisión que está por crearse” (“erigenda”, en italiano) dependiente de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano. Un organismo que examinará las apelaciones de clérigos acusados o condenados por delitos graves, incluidos los abusos sexuales contra menores.
Hasta ese momento, en Roma nunca se había hablado de tal comisión. Ni el prefecto, ni el resto de los integrantes de la Doctrina de la Fe estaban informados sobre su establecimiento. Hasta la fecha nada más se sabe de la misma, ni presidente ni integrantes.
Lo cierto es que el traslado de Mollaghan fue una promoción para removerlo, una salida más que honorable para él. El Papa consideró su calidad como especialista en derecho canónico. No tuvieron relación las diferencias que, en el pasado, habían puesto al arzobispo de Rosario y al de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, en orillas distintas de la geometría episcopal argentina.
Francisco no actúa por filias ni por fobias, aunque lo acusen de eso. Él tuvo que responder a las numerosas quejas que llegaron a Roma. Buena parte del clero rosarino mantenía diferencias con su anterior jefe y eso ya había sido informado en tiempos del anterior nuncio apostólico Adriano Bernardini. Incluso Bergoglio había conocido las quejas, cuando todavía era presidente de la Conferencia Episcopal.
Señalamientos e inconformidades que se mantuvieron, aunque Mollaghan se empeñó –una y otra vez- en desmentirlo. Finalmente la Congregación para los Obispos de la Santa Sede, a cargo del cardenal Marc Ouellet, ordenó la realización de una auditoría a finales de 2013 y, con los resultados de la misma, el pontífice decidió el cambio.
Según informó este viernes la nunciatura apostólica en Buenos Aires, hasta que monseñor Martín tome posesión formalmente de la Arquidiócesis de Rosario permanecerá como administrador apostólico de Villa de la Concepción del Río Cuarto. Lo mismo pasará con Mollaghan, que se mantiene como administrador hasta que sea relevado.
Pero su residencia en la diócesis tiene las semanas contadas. Como informó el nuncio, Paul Emil Tscherrig, dejará tierras rosarinas y se trasladará a la capital argentina donde fijará su residencia. Esto “con el propósito de facilitar su futura colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe”.
Eso quiere decir que Mollaghan no vivirá en Roma y, a juzgar por cómo se plantea el contexto, su trabajo con el Vaticano será esporádico. Él mismo había dicho, justo el día en que se anunció su traslado, que iba a pedir al Papa desarrollar su nuevo encargo desde su país.
El nuevo arzobispo de Rosario, Eduardo Eliseo Martín, nació en la ciudad de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, el 26 de diciembre de 1953. Comenzó los estudios universitarios en la especialidad de química, pero tuvo que interrumpirlos al ingresar al Seminario Metropolitano Nuestra Señora, de Santa Fe. Realizó los estudios superiores en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA).
Ordenado sacerdote el 26 de diciembre de 1980. El 21 de febrero de 2006 Benedicto XVI lo designó obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto. En la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión Permanente en representación de los obispos de la Región Centro, e integra la Comisión Episcopal de Pastoral Social.
Publicar un comentario