Hay una música que estaba escuchando hace varios días que es la pieza La estrella de Belén de la banda sonora de Ben Hur (1959). Desde un punto de vista estrictamente musical no es nada del otro mundo, pero en su sencillez transmite el encanto con que se veía la fe en aquellos años 50. Es una música, de verdad, que transmite fe.
La podéis escuchar en este link:
Lo que no aparece en ese vídeo, ni en el CD de la banda sonora, sino sólo en la película, es que cuando acaba esa música es cuando se ha visto la escena del Nacimiento de Nuestro Señor. Entonces, hay un momento de silencio, un pastor que estaba fuera se vuelve hacia la oscuridad de la noche, saca su cuerno y lo toca .
Lo toca a pesar de que no está amaneciendo, están en mitad de la noche. Pero como el judío que toca el sofar que marca el comienzo de las grandes fiestas, quiere anunciar que ha nacido el Mesías.
Entonces, comienza maravillosa la fanfarria del comienzo de la música los créditos de la película, una fanfarria estupenda, seguida de una música solemne.
Realmente Willy Wilder fue inspirado por los mismísimos ángeles para imaginar una secuencia tan impactante: la música de La Estrella de Belén (durante la adoración de los pastores), el silencio total que sigue (acompañado casi de un silencio visual), el humilde cuerno del pastor resonando, seguido de una estupenda fanfarria y la música central de la banda sonora.
Podéis ver este momento justo al final de este link que os pongo. Desafortunadamente, sólo aparece el mismísimo comienzo de la fanfarria, dejándonos con la miel en los labios:
Es curioso, un cinéfilo como yo estaba tan embebido viendo el comienzo de esta película que no reparé en lo magnífico de ese momento, en el profundo significado religioso de un judío que se da cuenta de lo que ha vivido y toca el sofar. El sencillo pastor judío que se acaba de dar cuenta en una noche cualquiera de un mes cualquiera que acaba de ver el nacimiento del Mesías esperado durante miles de años.
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