Quedaron grabadas en mi retina como síntesis de lo que pude percibir que era digno de recordar como trascendente. Me dije en su momento que esto, tal vez, no sea lo más importante, pero es lo que más me impactó y lo que creó una imagen concreta en mi corazón. Recién hoy puedo leer su catequesis de este miércoles en la Plaza San Pedro, donde les cuenta a los peregrinos los propósitos que lo guiaron en su periplo. Y me sorprendió ver que era lo mismo que me había impactado a mí.
Se los comparto, pero en otro orden al que los enumeró Francisco. “Mi” ordenación tiene que ver con los números 13 al 15 de la Lumen Gentium (que comenté aquí ).
Confirmar en la fe a los hermanos
La Misa que celebrara el 24 de mayo en Amán, Jordania, es la primera foto del recuerdo. Fue una celebración en la cual el estadio estaba lleno… pero no desbordante. Se notaba que había en la celebración un clima de familiaridad que no es el común en el estricto protocolo litúrgico vaticano. Uno veía que el movimiento de los sacerdotes era más espontáneo y distendido. Todo se daba como que parecía que todos eran conocidos entre sí. Todo esto me dio la impresión de una comunidad católica pequeña dentro de un país de mayoría no creyente. Y, por eso, la alegría de celebrar la fe presididos por el Pastor Universal.
Eso reflejaba, también, la situación del catolicismo en el Medio Oriente. En su homilía, que habló sobre el bautismo de Jesús en el río Jordán y el descenso del Espíritu Santo, en un momento dijo que :
“Mi corazón se dirige también a los numerosos refugiados cristianos; también todos nosotros, con nuestro corazón, dirijámonos hacia ellos, a los numerosos refugiados cristianos provenientes de Palestina, de Siria y de Iraq: lleven a sus familias y comunidades mi saludo y mi cercanía.”
En la Catequesis del miércoles nos confirmó esa intención pastoral del Sucesor de Pedro:
“El tercer propósito ha sido confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y expresarles la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad.”
Así mi primera foto no es una sola imagen sino la serie de fotos, películas, que muestran la celebración de la Eucaristía “entre casa”.
El abrazo con el Patriarca de Constantinopla
Los hermanos apóstoles Pedro y Andrés se encontraron de nuevo en Jerusalén. En sus sucesores, el Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé. Ya se habían visto el 19 de marzo de 2013, el día en que Francisco inauguró su ministerio. Aquí vuelven a encontrarse en Jerusalén, como signo del acortamiento de las distancias que el Cisma de principios del primer milenio.
Al final del encuentro hacen una declaración en la cual nos dicen que :
“Nuestro encuentro fraterno de hoy es un nuevo y necesario paso en el camino hacia aquella unidad a la que sólo el Espíritu Santo puede conducirnos, la de la comunión dentro de la legítima diversidad. Recordamos con profunda gratitud los pasos que el Señor nos ha permitido avanzar. El abrazo que se dieron el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras aquí en Jerusalén, después de muchos siglos de silencio, preparó el camino para un gesto de enorme importancia: remover de la memoria y de la mente de las Iglesias las sentencias de mutua excomunión de 1054. Este gesto dio paso a un intercambio de visitas entre las respectivas Sedes de Roma y Constantinopla, a una correspondencia continua y, más tarde, a la decisión tomada por el Papa Juan Pablo II y el Patriarca Dimitrios, de feliz memoria, de iniciar un diálogo teológico sobre la verdad entre Católicos y Ortodoxos. A lo largo de estos años, Dios, fuente de toda paz y amor, nos ha enseñado a considerarnos miembros de la misma familia cristiana, bajo un solo Señor y Salvador, Jesucristo, y a amarnos mutuamente, de modo que podamos confesar nuestra fe en el mismo Evangelio de Cristo, tal como lo recibimos de los Apóstoles y fue expresado y transmitido hasta nosotros por los Concilios Ecuménicos y los Padres de la Iglesia. Aun siendo plenamente conscientes de no haber alcanzado la meta de la plena comunión, confirmamos hoy nuestro compromiso de avanzar juntos hacia aquella unidad por la que Cristo nuestro Señor oró al Padre para que “todos sean uno.”
Allí trazan el camino que se está siguiendo y el que falta aún recorrer. En el viaje de vuelta, a los periodistas en el avión les cuenta algo de lo que hablaron:
“Con Bartolomé hemos hablado de la unidad que se construye caminando; no podremos construir la unidad en un congreso de teología. Me ha confirmado que Atenágonas dijo a Pablo VI: ”Mandemos a todos los teólogos a una isla y nosotros sigamos caminando por la vida”. Tenemos que ayudarnos también con las iglesias, muchos ortodoxos en Roma y en otras ciudades van a iglesias católicas….También hemos hablado del concilio pan-ortodoxo para que se haga algo sobre la fecha de Pascua porque resulta ridículo decir: ¿Cuándo resucita tu Cristo? El mio la semana que viene, el mio en cambio resucitó la semana pasada. Si, la fecha de Pascua es símbolo de unidad. También hemos hablado de ecología, de hacer algo juntos en este ámbito.”
Cumplió así su primer objetivo del viaje:
“Conmemorar el encuentro del Papa Pablo VI y del Patriarca Atenágoras, hace 50 años, un gesto profético en el arduo pero esperanzador camino hacia la unidad de los cristianos. Con tal motivo, junto al actual Patriarca de Constantinopla, Su Santidad Bartolomé, hemos rezado pidiendo al Buen Pastor la fuerza necesaria para proseguir con tesón hacia la plena comunión.”
La oración en el muro de Belén
El Papa visitó en Jerusalén el Muro de los Lamentos, donde oró y depositó un papelito con la oración del Padre nuestro (en español, porque así es como lo aprendió). Pero a mí me sorprendió otra oración en otro muro: el que separa Belén (en poder de los palestinos) del resto de Israel. Ingresando se baja del auto y se acerca a rezar, con una postura semejante a la que se utiliza en el de los Lamentos. Allí al Presidente Palestino Abbas le dijo :
”Señor Presidente Mahmoud Abbas en este lugar donde nació el Príncipe de la paz, deseo invitarle a usted y al Señor Presidente Shimon Peres, a que elevemos juntos una intensa oración pidiendo a Dios el don de la paz. Ofrezco la posibilidad de acoger este encuentro de oración en mi casa, en el Vaticano”.
Luego, en su encuentro con el Presidente del Estado de Israel, Shimon Peres , en Jerusalén, le dijo:
”Señor Presidente, Usted es conocido como un hombre de paz y artífice de paz. Le manifiesto mi reconocimiento y mi admiración por esta actitud. La construcción de la paz exige sobre todo el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios y destinada a la vida eterna. A partir de este punto de referencia que tenemos en común, es posible proseguir en el empeño por una solución pacífica de las controversias y los conflictos. A este respecto, renuevo el deseo de que se eviten, por parte de todos, las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir la paz con determinación y coherencia”.
El resultado de este pedido se informa este 30 de mayo :
“La Oficina de Prensa de la Santa Sede informa de que el encuentro de oración por la paz, al que el Santo Padre invitó al presidente de Israele, Shimon Peres, y de Palestina, Mahmud Abbas, tendrá lugar por la tarde del domingo 8 de junio en el Vaticano. Ambas partes han aceptado esa fecha.”
Se cumplió así otro de sus objetivos:
“El segundo propósito ha sido animar el proceso de paz en Oriente Medio. He querido llevar a todos en el corazón, exhortándolos a ser artesanos de la paz y agradeciendo a las autoridades los esfuerzos en favor de los refugiados y su compromiso por apaciguar los conflictos.”
Tres fotos que quedaron grabadas en mi retina como un resumen de la visita apostólica de Francisco a Tierra Santa.
Etiquetas: Francisco, historia, Iglesia, magisterio, nueva evangelización, pentecostés
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