El nombre de este blog, "Háblales de Jesús", es una llamada de atención para todos los padres católicos.
En el Colegio, en las reuniones de padres, se nos suele recordar que nosotros somos los primeros educadores de nuestros hijos y que el Colegio es un colaborador de nuestra tarea educativa.
Análogamente, cuando inscribimos a nuestros hijos en la Catequesis de Iniciación Cristiana, se nos recuerda que nosotros somos los primeros educadores en la fe de nuestros hijos y que la Parroquia, el Colegio o la institución que se encargue de la labor catequética, es un colaborador en esta tarea.
Esto es así, en primer lugar, porque cuando contrajimos matrimonio nos comprometimos a recibir de Dios los hijos, fruto de nuestro amor, y a educarlos según la fe en Cristo y de su Iglesia. Además, si fuimos coherentes con este primer compromiso, cuando nuestros hijos eran pequeños, habríamos pedido para ellos el Bautismo, y al hacerlo sabíamos que nos obligábamos, con la ayuda de sus padrinos, a educarlos en la fe, para que, guardando los mandamientos de Dios, amasen al Señor y al prójimo como Cristo enseña en el Evangelio.
Así que, aunque sólo fuera por coherencia, por ser personas de palabra, deberíamos esforzarnos en esa noble tarea de educar a nuestros hijos en la fe, de hablarles de Jesús.
Pero no es una cuestión meramente de coherencia, es una cuestión de fe.
En más de una ocasión me he encontrado con matrimonios cristianos que, "por respeto a la libertad" de sus hijos, han pospuesto el Bautismo o la educación religiosa de los mismos hasta que éstos fueran mayores y decidieran por sí mismos. Pero si nuestra fe es auténtica y no está contaminada por el relativismo imperante, sabemos que lo que creemos es LA VERDAD, y no "una verdad", y ¿qué padres ocultarían a sus hijos la verdad, si la verdad es tan hermosa?
Ujué
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