Bocadillos espirituales para vivir la Pascua: Viernes de la 6 a Semana – Ciclo A

“Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, cuando da a luz un niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría”. (Jn 16,20-23)



Flickr: US Army Africa



Jesús está viviendo un momento tierno con los suyos.

La tristeza se les manifiesta en la cara.

Pero Jesús trata de devolverles la esperanza de la alegría.

Se parece a aquel del cuento.

Uno estaba con su amigo y le dice:

Detrás de esa alta montaña hay un valle lleno de flores que parece un jardín.

El amigo no le creyó, sobre todo por la dificultad de subir la montaña.

Pero el otro insistió y terminaron subiendo la montaña.

Sudaron tinta, tuvieron resbalones, y hasta se hicieron heridas.

Pero cuando llegaron, el amigo exclamó:

“¡Qué belleza! ¡Yo tengo que bajar al valle. No me pierdo tanta hermosura!”.


Jesús compara el momento de su Pasión con el parto de una mujer.

Dar a luz no deja de ser doloroso.

La futura madre está con miedo.

Tiene que pasar por ese momento difícil de dar a luz.

Pero luego, cuando tiene el niño en sus brazos, siente una gran alegría.

Ahora se olvida de los dolores del parte y disfruta dando de mamar a su hijito.


Para Jesús:

La Pasión es un momento de parto.

La Pasión es un momento sumamente doloroso.

La Pasión y la Muerte es también un momento:

De dar a luz a un Jesús nuevo.

De dar a luz a un Jesús resucitado.

De dar a luz al hombre nuevo.

De dar a luz al hombre pascual del Espíritu.

De dar a luz la nueva creación.


El resucitado:

Ya ve de otra manera el parto doloroso de la Cruz.

Incluso ahora muestras las dolorosa llagas.

Convertidas ahora en llagas gloriosas.

Y la tristeza del parto de la pasión la olvidan:

“Paz a vosotros”.

“Mirad mis llagas”.

“Sopló sobre ellos: recibid el Espíritu Santo”.


La tristeza de los discípulos se convierte ahora en gozo.

La tristeza y el miedo de los discípulos se convierten ahora en alegría.

El Evangelio de las apariciones dice “y no le preguntaban nada por la alegría”.

Como hombres nuevos comparten la alegría de Jesús.

Jesús no les falló: “pero volveré a veros”.

Y tiene varios encuentros gozosos.


Ya no es hora de tristezas.

Ya no es hora espíritus decaídos.

Es la hora de la celebración de la vida.


¿No es para nosotros una bella imagen?

También nosotros tenemos momentos de tristeza.

También nosotros tenemos momentos de miedo.

¿Y no podríamos también nosotros ver esos momentos como un parto?

Que esos momentos difíciles están llamados a un amanecer de vida.


“Dame fuerza para levantar mi pensamiento sobre la pequeñez cotidiana.

Dame, en fin, fuerza para rendir mi fuerza, enamorado, a tu voluntad” (R.T.)


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo A, Pascua Tagged: alegria, tristeza
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