Del Vatican Insider
Hoy, a pocos días de distancia, es un episodio superado. Una anécdota más, apenas un trago amargo. Aunque en Argentina la prensa armó un revuelo en torno al episodio de la supuesta “carta falsa” del Papa a la presidente Cristina Fernández de Kirchner con motivo de las fiesta del 25 de mayo, en Roma el caso no provocó secuelas. En las últimas horas gestos concretos demostraron que la relación entre el gobierno argentino y el Vaticano no ha sido afectada.
El pasado lunes 26 de mayo la comunidad de compatriotas del Papa Francisco se reunió en la Iglesia Nacional Argentina de la capital italiana, el histórico templo de Santa María Adolorada en la Plaza Buenos Aires. ¿El motivo? Festejar la Revolución de Mayo, una de las principales celebraciones patrias del país. Primero una misa y después un brindis.
La ceremonia fue presidida por Guillermo Karcher, miembro de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice y uno de los colaboradores más cercanos de Jorge Mario Bergoglio. Él había quedado en medio de un malentendido la semana anterior por el telegrama de salutación oficial, escrito a nombre del Papa (con un extraño tono coloquial y con faltas de ortografía) que primero se creyó como falso, pero finalmente se confirmó como “legítimo” .
Ese episodio sólo tuvo repercusión en Argentina. El mismo pontífice le había dado carpetazo el viernes en una conversación telefónica con el embajador de su país natal ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero. De hecho fue el Papa quien confió a Karcher su saludo personal para sus connacionales.
“Antes de emprender el viaje (a Tierra Santa) me encargó de saludarlos a todos en esta circunstancia”, señaló durante la homilía que presidió en la iglesia argentina. Allí mismo, en primera fila de la celebración, estuvo el propio Cafiero con otros funcionarios de la embajada.
En el sermón, el oficial del Vaticano se refirió a la fiesta nacional y a la “noble igualdad” mencionada en el himno de su país. “Una igualdad que no sea la globalización de la uniformidad, sino más bien comunión en la diversidad, capacidad de compartir con todos y sin excluir a nadie, los bienes espirituales y materiales que Dios nos regala”.
Invitó además a “no balconear” a “trabajar en una viña llamada Argentina”. También tomó la palabra el embajador Cafiero, quien ratificó: “hoy podemos alegrarnos de la excelente relación existente entre la Santa Sede y Argentina”. Evocó la frase del prócer José de San Martín: “sé lo que debes ser, sino no serás nada”, e invitó a “ser antes que hacer” para favorecer el diálogo y el encuentro entre las culturas. Instó a rezar “para construir puentes y establecer el diálogo, la paz y la recíproca colaboración”.
Este mismo miércoles quedó nuevamente de manifiesto la confianza del Papa hacia Karcher, el responsable de acoger (como cada semana) al grupo de fieles argentinos que participan en la audiencia general presidida por Francisco en la Plaza de San Pedro.
Desde antes de las 09:00 horas, él mismo dio la bienvenida a un numeroso contingente compuesto por más de 300 personas. Entre ellos destacaron, por ejemplo, la gobernadora de la provincia argentina de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, además de un grupo de activistas por los derechos humanos y otro de instructores de esquí.
Con buen humor, explicó a todos los peregrinos sudamericanos la dinámica de la audiencia y luego los encaminó hasta el atrio de la Plaza, donde cada semana el líder católico puede encontrarse con un pedacito de argentina en el Vaticano.
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