San Matías, Apóstol
“Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien os he elegido y los he destinado a que vayan y den fruto, y su fruto dure”. (Jn 15,9-17)
La Liturgia celebra hoy la fiesta de San Matías, apóstol.
Fue el elegido como el sustituto de Judas.
Y fue elegido por la comunidad, movida por el Espíritu.
Me encanta este Evangelio de Jesús, por las cosas lindas que nos dice:
Primero quiere que seamos partícipes de su alegría.
No la alegría que nos viene de las cosas.
Sino “para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría sea completa”.
A Jesús lo vemos como demasiado serio.
Y sin embargo, su corazón rebosaba de alegría.
Y no una alegría cualquiera, sino la alegría del Padre.
No se dice que Jesús se reía a carcajadas.
La carcajada puede ser una manera de disimular la verdadera alegría.
La alegría que saca mucho ruido no siempre es auténtica.
Con frecuencia la alegría puede ser silenciosa, callada.
Y pienso que más ruido saca el árbol seco del bosque que se cae, que el silencio del resto del bosque lleno de vida.
Uno de los signos más claros de nuestro seguimiento de Jesús es la alegría del corazón.
Uno de los signos más claros de mi fe: es la alegría del corazón.
Uno de los signos más claros de la alegría de mi vocación: es la alegría de Jesús en mí.
Uno de los signos más claros de la alegría de tu matrimonio: es la alegría de Jesús en ti.
Además, Jesús no quiere:
Que vivamos pedacitos de alegría.
Que vivamos momentos de alegría.
Sino que nuestra alegría sea “plena”.
Y razones nos sobran para vivir esa alegría de Jesús:
“Nos ama como el Padre le ama a él”.
¿Te imaginas lo que significa eso en tu vida?
Guardar los mandamientos de Dios, es la mejor señal y razón de nuestra alegría.
“Que nos amemos como él nos ha amado”.
¿Te imaginas lo bella que sería la vida amándonos así?
No nos llama “siervos sino amigos”.
¿Alguna vez has pensado lo que significa la libertad de la amistad de Dios?
“No le hemos elegido, sino que fuimos elegidos por él”.
¿Has pensado lo que significa que tú seas un amigo buscado y elegido por El?
¡Qué lejos está de todo esto la religión de la Ley!
¡Qué lejos están de todo esto ciertas presentaciones de nuestra fe!
¡Qué lejos están de todos esto muchas de nuestras homilías, que en vez de calentar el corazón lo enfrían!
¿No sientes que las homilías y los discursos del Papa Panchito:
Despiertan alegría?
Despiertan gozo?
Despiertan esperanza?
Despiertan ilusión?
Personalmente siento como si la Iglesia se hubiese sanado y ahora como que nos anuncia una nueva primavera.
Una de las cosas que más gozo han causado en mi vida ¿saben cuál es?
Porque tengo todos los argumentos para sentirme llamado.
Mientras iba camino al Seminario, el correo me traía una postal diciéndome que no fuese que no había lugar para mí, todo estaba lleno.
Pero yo llegué al Seminario y me armaron una camita en un rincón.
Mientras los hombres me decían no, Dios decía que sí.
Y no era por mi cara bonita ni porque era muy formalito.
Un tío mío cuando se enteró exclamó: “Si mi sobrino vale para cura, yo valgo para Obispo”.
Bueno él no fue Obispo, pero yo sí sacerdote.
Abramos los ojos y veamos las maravillas de Dios en nosotros.
Abramos los ojos y descubramos cuánto hay de Dios en nosotros.
Casi me atrevería a decir con Pablo: “Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí”.
Somos la alegría de Jesús.
Somos los amados como Jesús.
Somos los llamados a amar como Jesús.
¿Más motivos para ser felices hoy?
Clemente Sobrado C. P.
Archivado en: Ciclo A, Pascua, Santos Tagged: alegria, evangelio, matias, testimonio
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