Del Vatican Insider
Existen “otros” Marcial Maciel. Fundadores de congregaciones e institutos religiosos que, como el iniciador de los Legionarios de Cristo, no viven según el carisma que predican. Personajes con liderazgo suficiente como para iniciar obras de Dios pero que luego pierden el camino. Una situación que no se debe esconder, según el responsable para la vida consagrada de la Santa Sede, el cardenal Joao Braz de Aviz.
“No es sólo este caso de los Legionarios, tenemos varios casos en este sentido, de cosas antiguas y de cosas nuevas. No todos los fundadores que llevan una gracia bella a la Iglesia viven según la gracia que comunican. Esto lo debemos reconocer, es feo pero es así, por eso debemos distinguir las cosas. Este es un trabajo que estamos haciendo con tanto cuidado y no es fácil, es muy difícil”, ayer viernes el prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica durante una conferencia de prensa.
Estos casos de fundadores incongruentes interroga seriamente a la Iglesia. ¿Cómo es posible que Dios se sirva de hombres o mujeres corruptos (en ocasiones abiertamente inmorales como Maciel) para infundir el carisma de una obra divina? Braz no ofreció una respuesta directa a esta pregunta, pero afirmó la necesidad de “distinguir entre el fundador que tiene un carisma y el carisma en sí mismo”.
Consideró imperioso “distinguir la gracia, el don y la luz de un carisma” del fundador cuyo testimonio en ocasiones no refleja tal carisma. “En el pasado hemos visto ejemplos emblemáticos como el de san Juan Bosco y muchos más, pero en algunos otros casos presentes no necesariamente el fundador coincide con lo que predica”, abundó.
Más allá de la Legión, el cardenal Braz advirtió que muchos de los carismas de las actuales familias religiosas en la Iglesia tienen necesidad de ser purificados porque, a lo largo de los años, se han ido llenando de “costumbres culturales” y formas relacionadas más con la finalidad que con el sentido original. Después se descubre que esos elementos no son parte del carisma, precisó.
Añadió que eso exige una “capacidad crítica” pero también una “espiritualidad profunda” sobre los fundadores y tener de ellos mismos esta espiritualidad, para poder purificar el carisma.
“El error es decir con nuestra mente, con nuestra convicción, que este carisma ha terminado su función. Esto es usurpar un derecho que es de Dios, porque si Dios suscitó un carisma él lo conserva y si quiere lo mata él, no nosotros. Este es uno de los errores que estamos viendo ahora. Sí se debe purificar el carisma, retornar al carisma según la intuición principal, mantener la gracia principal que es un don para la Iglesia, pero también purificar de las cosas que no son históricamente necesarias porque ya dieron respuesta a otro tiempo, no a este. Quizás hoy no son necesarias. De esta manera tantos carismas pueden recuperar su frescura y vivacidad”, ponderó.
Por lo pronto los Legionarios de Cristo no dependen de la Congregación para los religiosos, aclaró el secretario de ese organismo José Rodríguez Carballo. Precisó que ese instituto tiene un delegado pontificio, el cardenal Velasio De Paolis, el cual responde directamente al Papa.
Recordó además que ellos están celebrando en estos días un capítulo general electivo, tras el cual se verá si pasan a la competencia de esa Congregación vaticana o no. “En el caso que fuese así, si pasasen a depende de nuestro dicastería, sería un signo de que vuelven a la normalidad como instituto. Pero esta decisión depende sólo del Santo Padre y cualquier decisión al respecto será acogida con espíritu de total disponibilidad de nuestra parte”, estableció.
También reveló que el proceso de elección de las nuevas autoridades del gobierno de los Legionarios se está llevando a cabo y cuando termine, seguramente se hará público el nombre de los nuevos superiores.
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