Estimada Comunidad:
A través de estas líneas deseamos compartir con todos ustedes el Milagro de Dios que tuvimos la oportunidad de vivir en el seno de nuestro hogar.
Somos una familia común .Constituida por padre, madre e hijas, una de las cuales vivió un serio problema de salud.
Los diagnósticos no eran nada alentadores, así como no era favorable la respuesta a los diferentes tratamientos, pasando muchas veces por efectos adversos.
Tal fue la sucesión de estas situaciones a lo largo de los meses, que se decide internarla.
En ese momento, si bien decíamos que teníamos fe en Dios, creíamos que sólo la medicina podía curar a nuestra hija.
Luego de un período internada y de una leve mejoría inicial, ella empeoró, viviendo momentos muy difíciles para toda la familia.
Fue entonces que supimos que en meses anteriores, ella en su ignorancia o inocencia había participado en lo que creíamos era un juego sin consecuencias. Un juego donde se invoca el espíritu de personas muertas, el conocido “juego de la copa”. Nos enteramos también que durante esa sesión la copa se movió hacia nuestra hija rompiéndose frente a ella. Empezamos a darnos cuenta que no era una enfermedad física lo que ella padecía y que en la medicina no estaba la salvación.
En un acto de desesperación por ver el estado en el que ella se encontraba, toda la familia acudió a la Parroquia de la Milagrosa a pedir socorro a Dios Nuestro Señor. Fue ese el momento en el que realmente pusimos toda nuestra fe en que ella mejoraría. El combate ya no era contra una enfermedad, resultó ser un verdadero combate espiritual donde cada vez que ese espíritu de muerte se hacía presente en nuestra hija, la oración firme en la Victoria de Cristo, y el rezo del Santo Rosario de toda la familia unida, alejaba ese espíritu.
Comenzamos a transitar el camino de la vida de otra manera. Aceptando lo que El nos tiene deparado, pidiéndole y agradeciéndole cada acto aunque parezca pequeño, pidiendo perdón por los errores que cometemos,....Aprendimos a orar en familia (algo que jamás lo habíamos hecho), ir todos juntos a Misa......Recibir a Jesús en nuestro hogar, pero fundamentalmente en nuestro corazón.
Poco a poco, pero en realidad mucho más rápido de lo que esperábamos, nuestra hija comenzó a mejorar hasta que hoy en día tiene una vida normal como la de cualquier joven de su edad.
Hoy queremos dar testimonio de que los Milagros existen, que están muy cerca nuestro. Es sólo tomarnos unos instantes para apreciarlos, y sobre todo tengamos fe en que Dios Nuestro Señor siempre está cerca y vence definitivamente al demonio y a todos los espíritus que buscan atormentar y destruir a los hombres.
Esta experiencia sin lugar a dudas fue muy difícil para todos nosotros pero sirvió para reencontrarnos como familia en la fe.
Esperamos humildemente que esto que nos sucedió a nosotros pueda ayudar a otros que estén ante un momento difícil en sus vidas
Dios nunca desampara a sus Hijos, somos nosotros los que lamentablemente en ocasiones nos alejamos de Él. No pierdan la fe!!!!!
Saludos afectuosos de una familia que se convirtió a JESUS.
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