Me dice Gaby que con los curas prefiere no hablar “si no es imprescindible”.
Gaby tiene 16 años escasos y su alergia a los clérigos es solo una cuestión de imagen personal.
―Es que si me ven charlando con usted…
―…se cachondean.
―Bueno, sí. Un poco.
―Entonces ¿por qué vienes a verme?
Sonríe de medio lado:
―Es que usted tiene un punto… Ya me entiende.
Lo extraño es que, en efecto, Gaby supone que le entiendo. Tendré que investigar la naturaleza de ese punto y hacer examen de conciencia para ver dónde lo tengo.
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