Que la envidia y los celos no tengan espacio en las comunidades cristianas, dijo el Papa en la homilía del jueves.
"La
persona envidiosa, la persona celosa es una persona amargada: no sabe
cantar, no sabe alabar, no sabe qué cosa sea la alegría, siempre mira
'qué cosa tiene aquel y que yo no tengo'. Y esto lo lleva a la amargura,
a una amargura que se difunde sobre toda la comunidad. Son, estos,
sembradores de amargura. Y la segunda actitud, que lleva a los celos y a
la envidia, son las habladurías. Porque este no tolera que aquel tenga
algo, la solución es abajar al otro, para que yo esté un poco más alto.
Y el instrumento son las habladurías. Busca siempre y tras un chisme
verás que están los ...
"La
persona envidiosa, la persona celosa es una persona amargada: no sabe
cantar, no sabe alabar, no sabe qué cosa sea la alegría, siempre mira
'qué cosa tiene aquel y que yo no tengo'. Y esto lo lleva a la amargura,
a una amargura que se difunde sobre toda la comunidad. Son, estos,
sembradores de amargura. Y la segunda actitud, que lleva a los celos y a
la envidia, son las habladurías. Porque este no tolera que aquel tenga
algo, la solución es abajar al otro, para que yo esté un poco más alto.
Y el instrumento son las habladurías. Busca siempre y tras un chisme
verás que están los ...
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