Max Planck , Premio Nobel de Física, no reconocía el origen de la materia en términos evolucionistas, y rechazaba el materialismo. En cambio, abogaba que el origen de todo había sido llevado a cabo por medio del Diseñador Inteligente:
“Como físico, es decir, un hombre que había dedicado su vida entera a una ciencia totalmente prosaica, la exploración de la materia; seguro que nadie sospecharía que soy un visionario. Y así, después de haber estudiado el átomo, te aseguro que no hay materia en sí!
Toda la materia surge y persiste debido solamente a una fuerza que causa que las partículas atómicas vibren, manteniéndolas juntas en el más diminuto de los sistemas solares; el átomo. Y aun así, en todo el universo no hay fuerza que [por sí misma] sea inteligente o eterna, y por lo tanto debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una consciencia, una Mente inteligente o Espíritu; este es el origen de toda la materia.
No la visible, sino la materia transitoria es la real, la verdadera, la realidad – ya que la materia ni siquiera existiría sin el espíritu – pero lo invisible, el espíritu inmortal ¡es realidad!. Dado que, sin embargo, el espíritu por sí mismo no podría existir, porque todo espíritu pertenece a un ser, tenemos que aceptar convincentemente que somos seres espirituales.
Dado que, sin embargo, los seres espirituales no pueden existir por sí mismos tampoco, sino que tienen que ser creados, no tengo miedo de nombrar a este Creador misterioso al igual que todas esas personas culturales de la Tierra que lo han estado haciendo durante los últimos milenios: ¡Dios!
“Das Wesen der Materie [La naturaleza de la materia], discurso en Florencia, Italia (1944)
En el centro Max Planck |
“Como físico, es decir, un hombre que había dedicado su vida entera a una ciencia totalmente prosaica, la exploración de la materia; seguro que nadie sospecharía que soy un visionario. Y así, después de haber estudiado el átomo, te aseguro que no hay materia en sí!
Toda la materia surge y persiste debido solamente a una fuerza que causa que las partículas atómicas vibren, manteniéndolas juntas en el más diminuto de los sistemas solares; el átomo. Y aun así, en todo el universo no hay fuerza que [por sí misma] sea inteligente o eterna, y por lo tanto debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una consciencia, una Mente inteligente o Espíritu; este es el origen de toda la materia.
No la visible, sino la materia transitoria es la real, la verdadera, la realidad – ya que la materia ni siquiera existiría sin el espíritu – pero lo invisible, el espíritu inmortal ¡es realidad!. Dado que, sin embargo, el espíritu por sí mismo no podría existir, porque todo espíritu pertenece a un ser, tenemos que aceptar convincentemente que somos seres espirituales.
Dado que, sin embargo, los seres espirituales no pueden existir por sí mismos tampoco, sino que tienen que ser creados, no tengo miedo de nombrar a este Creador misterioso al igual que todas esas personas culturales de la Tierra que lo han estado haciendo durante los últimos milenios: ¡Dios!
“Das Wesen der Materie [La naturaleza de la materia], discurso en Florencia, Italia (1944)
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