A los que la radio nos gusta tuvimos que conocerla oyéndola mucho, cambiando desde los grandes mamotretos de madera, a las más pequeñas y a los primeros transistores portátiles y los llamados mp3, 4, 5….
Hubo una generación de escolares que dispusieron de una emisora escolar cuando estudiaban. Contaban con algún profesor amante de la comunicación auditiva. Cuando aquel maestro se jubiló, los aparatos de la radio escolar se llenaron de tela de arañas.
Radio María, por el contrario, acerca la radio a las escuelas y a los niños, con los que realiza un programa en directo, una vez que han acabado las tareas escolares, en el patio del mismo centro de estudios.
La experiencia está dando un resultado muy bueno. Lean cómo se hace.
Lo cuenta Ecclesia Digital de la siguiente manera:
“Radio María, la radio católica que nació en una parroquia del norte de Italia y hoy es una realidad evangelizadora en decenas de países, comenzó sus emisiones en Madrid en 1999. Desde entonces no ha dejado de ganar oyentes. Ahora se propone acercarse a los más pequeños, a los niños en el patio de su propio colegio.
Es un día normal de colegio y sin embargo a los niños, al final del día, les llegará una sorpresa: serán por un día los auténticos protagonistas de la radio. Radio María desde su programa para niños La Hora Feliz ha estado recorriendo algunos colegios enseñándoles a pequeños y grandes cómo funciona una radio y cómo se hace un programa. El director del programa de los lunes, Rogger Vidal, declara que es una forma de evangelizar por fuera y de acercar Radio María a los distintos públicos.
La Hora Feliz es la parte que Radio María dedica a los niños. Cada día, un grupo lleva el programa y a través de él transmite la fe a los más pequeños. Cuentos, historias, noticias, canciones y concursos se reparten a lo largo de los días de la semana para aprender de un modo diferente. Las historias del Antiguo y Nuevo testamento se hacen cercanas cuando las cuenta la hormiga Chispitas y se descubre que el catecismo es divertido cuando Paloma Niño te propone un concurso.
Todo comienza cuando una furgoneta extraña, blanca y con el logotipo de la Virgen aparece en el patio de un colegio. Los niños lo miran llenos de interés y curiosidad pero como parece que no se mueve siguen jugando como si nada pasara. Cuando se acercan las seis de la tarde todo se despliega: cables, sillas, mesas, micrófonos, altavoces… La radio se materializa en el cole y los niños acuden corriendo para ver qué es eso que pasa. Gracias a los técnicos, la radio se oye en todo el patio y los niños pueden participar en un programa en directo mediante sus preguntas, comentarios, chistes y adivinanzas.
En concreto, el colegio San Buenaventura de Batán ha acogido ya varias veces a las antenas de Radio María. Sus niños son asiduos colaboradores y ya unos expertos en radio. Los concursos de adivinanzas son su fuerte. Adivinan cualquiera y cuando ellos proponen alguna a los locutores del programa no hay quien las adivine. En contar chistes tienen un máster y hasta el doctorado porque en cuanto cogen el micrófono ya es imposible que paren. Y siguen los concursos porque los niños son una parte clave en este programa. También se cantan canciones de la Infancia Misionera y se les anima a que sigan cantando cuanto se pare la música.
La radio es una puerta por la que la gente deja pasar a desconocidos a su casa, que se acaban convirtiendo en amigos y compañeros del día a día. A través de esta iniciativa la radio no solo se acerca a los niños en su casa, sino también en directo, donde pueden ver cómo funciona una unidad móvil y todo lo que hace falta para que se ponga en marcha la magia de la radio.”
Con experiencias como ésta Radio María se convierte en la mejor transmisora de los valores de un medio de comunicación tan personal cómo es la radio, y es una herramienta pastoral de catequesis y evangelización. De esos niños saldrán futuros profesionales de una radio sin publicidad, solamente con donantes y voluntarios. Todo un ejemplo que la Iglesia debe seguir apoyando y extendiendo al máximo.
Tomás de la Torre Lendínez
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