Bocadillos espirituales para vivir la Navidad: Sábado de la 2 a. Semana de Navidad – Ciclo B

“Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existí antes que yo”. “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”. (Jn 1,29-34)


Yo le llamaría al Evangelio de hoy, el Evangelio de las confesiones:

Jesús Cordero Pascual de Dios.

Jesús que quita el pecado del mundo.

Jesús que viniendo detrás existía antes.

Jesús hombre del Espíritu.

Jesús Hijo de Dios.


“Jesús Cordero de Dios”

La costumbre mata mucha vida.

En todas las Misas antes de comulgar repetimos la frase de Juan:

“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.


Comulgamos al Cordero de Dios.

¿Somos conscientes de comulgar al Cordero pascual?

¿Al Cordero sacrificado en la cruz por nosotros?

¿Somos conscientes de que comulgar es entrar en comunión con la Cruz y la Pascua?

Comulgar ¿se convierte en una Pascua para nosotros?

Al comulgar ¿vivimos y nos hacemos Pascua de Jesús?


Comulgamos “al que quita al pecado del mundo”.

Comulgar es asumir conciencia del pecado del mundo.

Comulgar es asumir conciencia de nuestro pecado.

Comulgar es asumir conciencia de liberarnos de nuestros pecados.

Comulgar es asumir conciencia de que ser liberadores del mundo.

Comulgar es asumir conciencia de que en nosotros el mundo comienza a liberarse del pecado.


En un mundo donde:

Se está perdiendo la conciencia del pecado.

Se está perdiendo la conciencia del pecado.

La comunión debiera sensibilizar nuestra conciencia.

No para vivir con miedo al pecado, sino que hay alguien capaz de quitarlo.

Y nosotros mismos vernos libres del pecado.

Y sentirnos capaces de vencer al pecado.


“He dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”.

No es suficiente decir que creemos.

Es necesario comulgar experimentando que comulgamos al Hijo de Dios.

Pero es necesario luego:

Ser testigos de la divinidad de Jesús.

Ser testigos de la filiación divina de Jesús.

Dar testimonio de que Jesús es Hijo de Dios.

Testimonio con nuestra palabra.

Testimonio con nuestras vidas.

Testimonio con lo que somos.

Testimonio con lo que hacemos.


Primero necesitamos tener suficiente vista para reconocer a Jesús que “viene hacia nosotros”.

Es preciso reconocer la presencia de Jesús caminando por nuestros caminos.

Es preciso reconocer la presencia de Jesús caminando con nosotros.

Es preciso descubrir la presencia de Jesús:

en nuestro mundo,

en la Iglesia,

en el trabajo,

en la familia,

en la diversión.


Pero reconocerlo para luego mostrarlo a los que todavía no le han reconocido.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo B, Navidad Tagged: cordero de dios, Juan Bautista
04:12

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets