Javier Ordovás nos da algunos consejos para comprender a los demás:
¿Somos capaces de comprender a los demás: esposos, hijos, parientes, amigos, vecinos, colegas,…?
Nos hace mucha falta el valor de la comprensión para manejarnos bien con los que nos rodean. Simplemente saber escuchar con la actitud de comprender.
En la Universidad teníamos un profesor que amigablemente llamábamos “el mejor amigo del hombre”, porque inspiraba confianza y sabía escuchar; muchos alumnos le contaban sus problemas; él les escuchaba serenamente y muchas veces no les respondía nada o daba una sencilla respuesta tranquilizadora del tipo: “tu problema tiene solución”. Sorprendentemente el alumno se sentía aliviado; seguramente por sentirse escuchado.
- Para comprender a los demás, primeramente tenemos que conocer nuestras propias debilidades, aceptarnos y perdonarnos a nosotros mismos.
- Aprender a escuchar poniendo los cinco sentidos de manera que el interlocutor esté seguro de nuestro interés por él.
- Preguntarnos que haríamos y como reaccionaríamos nosotros al encontrarnos en la misma situación.
- No hacer juicios prematuros; primero se deben conocer todos los aspectos que afectan a la situación, hay que preguntar. Preguntando demostramos nuestro interés.
- Aceptar que frente a un mismo hecho, las personas reaccionan de forma diferente
Nos hace mucha falta el valor de la comprensión para manejarnos bien con los que nos rodean. Simplemente saber escuchar con la actitud de comprender.
En la Universidad teníamos un profesor que amigablemente llamábamos “el mejor amigo del hombre”, porque inspiraba confianza y sabía escuchar; muchos alumnos le contaban sus problemas; él les escuchaba serenamente y muchas veces no les respondía nada o daba una sencilla respuesta tranquilizadora del tipo: “tu problema tiene solución”. Sorprendentemente el alumno se sentía aliviado; seguramente por sentirse escuchado.
- Para comprender a los demás, primeramente tenemos que conocer nuestras propias debilidades, aceptarnos y perdonarnos a nosotros mismos.
- Aprender a escuchar poniendo los cinco sentidos de manera que el interlocutor esté seguro de nuestro interés por él.
- Preguntarnos que haríamos y como reaccionaríamos nosotros al encontrarnos en la misma situación.
- No hacer juicios prematuros; primero se deben conocer todos los aspectos que afectan a la situación, hay que preguntar. Preguntando demostramos nuestro interés.
- Aceptar que frente a un mismo hecho, las personas reaccionan de forma diferente
- Tranquilizar, serenar, restar importancia y minimizar el problema, al menos, en ese momento.
- Comprender no es lo mismo que compartir. No debo ceder en mis principios.
- Buscar las posibilidades y opciones de solución. Es la parte más activa de la comprensión, pues no nos limitamos a escuchar y saber que sucede. Si es oportuno, en ese momento, aconsejar. “Te comprendo, ¿qué solución podemos buscar?”
Ya se ve que comprender es mucho más que tolerar o soportar. Es todo lo contrario de juzgar, criticar, culpar, ridiculizar, avergonzar o ironizar.
Comprender es disculpar. Cristo nos disculpó a todos cuando desde la cruz dijo:”Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”
- Comprender no es lo mismo que compartir. No debo ceder en mis principios.
- Buscar las posibilidades y opciones de solución. Es la parte más activa de la comprensión, pues no nos limitamos a escuchar y saber que sucede. Si es oportuno, en ese momento, aconsejar. “Te comprendo, ¿qué solución podemos buscar?”
Ya se ve que comprender es mucho más que tolerar o soportar. Es todo lo contrario de juzgar, criticar, culpar, ridiculizar, avergonzar o ironizar.
Comprender es disculpar. Cristo nos disculpó a todos cuando desde la cruz dijo:”Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”
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