Las largas tardes veraniegas son muy propicias para profundizar. Y ¿qué más oportuno que hacerlo sobre el trabajo ministerial y parroquial, que es el mío?
El libro del Cardenal Francesco Coccopalmerio, que acaba de publicar la BAC, me ofrece estos días material abundante. Vean los asiduos y conspicuos seguidores del blog, algo de lo que dice sobre las debatidas UNIDADES PASTORALES, que considero peculiar y muy interesante:
"Para facilitar la cura pastoral mediante una actividad común, varias parroquias cercanas entre sí pueden uirse en grupos peculiares, como son los arciprestazgos" (c. 374, parágrafo 2).
El arciprestazgo es, por tanto, la primera forma de unidad pastoral y el primer ejemplo de pastoral de conjunto. Como queda sugerido en el texto ("como son los arciprestazgos": lugeo se trata de un ejemplo), puede pensarse en otras agregaciones. Éstas son las UNIDADES PASTORALES.
Es importante, sin embargo, elegir entre arciprestazgos y unidades pastorales. En una diócesis en que se ha optado por los arciprestazgos, como estructura para realizar la pastoral de conjunto, no parece que sea necesario añadir luego las UNIDADES PASTORALES: bastará repensar y poner al día los mismos arciprestazgos. En cambio, si en otra diócesis se hubiese elegido las UNIDADES PASTORALES, parece que, por razón de la necesaria claridad, estas unidades deberían sustituir a los arciprestazgos, que quedarían así abolidos. Recordenos que los arciprestazgos son una de las formas posibles de unión entre parroquias. (Pág. 116)
Como puede verse no falta materia para la profundización veraniega a la sombra de mi higuera parroquial (que, por cierto, promete un cosechón).
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