Estos días, más descansados, del verano son muy propicios para hacer arreglos, modificaciones y mejoras en salones, casa e iglesia parroquial. Con mis magníficos ayudantes, a los que doy el merecido título de "ingenieros".
Estoy bien pertrechado ya de pinturas, herramientas, maderas, papel, y demás para terminar lo que ya está comendado desde junio. Espero que todo esté ya listo para finales de septiembre. Un buen ejercicio y bastante entretenido.
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