Francisco, el cambio climático y los poderes globales

Del Vatican Insider

Cuando en 2012 el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, se dispuso a cambiar el sistema de recolección de basura en su ciudad se desencadenó una catástrofe política. Su voluntad de devolver al Estado la gestión de los residuos en la capital colombiana le valió la destitución de su puesto. Sólo la fuerza popular logró su rehabilitación. Para él, ex guerrillero, Francisco se está enfrentando a poderosos intereses globales en su lucha contra cambio climático. Y no duda en asegurar: “De ahí la reacción crítica contra el Papa, que es siempre peligrosa”.

Ex militante del Movimiento 19 de abril (M19), en su juventud estuvo preso. Luego dejó las armas y se involucró en política, siendo electo senador, parlamentario y candidato presidencial. Esta semana participó en el encuentro mundial de alcaldes sobre cambio climático y esclavitud moderna, organizado por la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales del Vaticano. En entrevista habló sobre la convocatoria del Papa a salvar “la casa común” en su reciente encíclica Laudato Si’.   

¿Sólo los grandes intereses se resisten a cambiar ante el calentamiento global, o también la gente común no está dispuesta a ceder?

La resistencia al cambio es mayoría. Sólo los momentos muy dramáticos hacen que las sociedades produzcan esos grandes cambios que inician nuevas eras, pero hay inercias muy conservadoras. En este momento las sociedades no conocen realmente las causas del cambio climático, lo atribuyen más a problemas naturales o desastres, piensan que son cosas que siempre han sucedido y que no serán tan graves en el futuro. La pedagogía del tema va a implicar una acción política. No estoy muy convencido de que los partidos políticos tradicionales, de izquierdas y de derechas, las fuerzas organizadas institucionales como las Naciones Unidas, el mundo multilateral y financiero estén preparados para las convulsiones que va a provocar el cambio climático. Tal vez debería aparecer una nueva manera de actuar en la sociedad.

¿El Papa Francisco puede encabezar esta nueva forma de ver las cosas?

La verdad yo no esperaba el pronunciamiento del Vaticano en esta materia, no soy religioso, respeto la diversidad de cultos en la ciudad, pero tenía idea de que la Iglesia católica era mucho más conservadora. Me sorprendió porque es la primera vez que veo a un Papa abordar un problema de la humanidad con tanta radicalidad como lo abordó (en su encíclica sobre la ecología Laudato Si’). Eso lo acerca a la juventud. Si existe una fuerza que hoy está luchando contra el cambio climático es la juventud, son quienes lo van a sufrir en mayor dimensión que nosotros y tienen ya una capacidad de movilización que si se juntan con el Papa, en los países católicos podría irrumpir la gran movilización global necesaria para afrontar este problema.

¿Será por esto que algunos comentaristas, por ejemplo en Estados Unidos, han catalogado al Papa como el “hombre más peligroso del mundo”?

El Papa se enfrentó a los poderes mundiales. Si yo sufrí lo que sufrí simplemente en una ciudad sudamericana, abordando unos problemas puntuales, y eso me ocasionó una inhabilitación por 15 años, me imagino lo que significa enfrentarse a poderes muchísimo más grandes en todo el planeta. Por eso empieza a surgir una reacción contra el Papa, que es peligrosa desde todo punto de vista y que puede incidir incluso dentro de la Iglesia. El mundo va a vivir conflictos políticos y sociales mucho más agudos, que pueden ser caóticos si no hay liderazgos o, al contrario, pueden ser transformadores si hay liderazgos. El Papa hoy es una voz líder en el mundo.

¿No será que lo consideran peligroso porque es poderoso, o mejor dicho incisivo?

Es otra forma de poder, el poder de la razón. No es el poder propio de las religiones, que es la fe. La fe tiene efecto en los seguidores de la religión, pero el Papa, en este momento, además de convocar a sus feligreses por la fe, está convocando a la humanidad por la razón. Y se convocan a los diferentes al catolicismo, se convocan a las multitudes y ese es el paso que debe dar.

¿La humanidad ha llegado a una encrucijada en materia de cambio climático?

He participado en muchas cumbres internacionales y sólo veo que las declaraciones finales son insípidas, no hay acción, en general vamos mal. Esto se mide en gas carbono, y las mediciones no anuncian nada bueno. Y tiene que ver con una idolatría a la tecnología, se piensa que va a aparecer una tecnología salvadora que hará una ruptura y por si misma resolverá el problema, pero eso nunca ha pasado en la humanidad. La tecnología es una construcción política y social, no es algo ajeno a la sociedad, pero cuando se la distancia, se la aleja, se vuelve un objeto y la divinizan, la sacralizan y se vuelve tecnocracia. Pero la tecnología depende del camino que escoge una sociedad. Y cuando el camino es el mercado, la tecnología puesta al servicio del mercado puede acabar con el planeta y está a punto de hacerlo.  y eSe requiere una regulación global sobre el mercado. Ya no es un problema nacional, las naciones ya son muy débiles para enfrentarlo, es un asunto global. ¿Cómo lo vamos a resolver? Creo que será a partir de una movilización de pueblos en todo el mundo, ojalá sea de forma organizada.

09:18
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