El famoso músico alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827) afirmó: “el único símbolo de superioridad que conozco es la bondad”.
Ciertamente estamos convencidos de que todos los hombres son radicalmente iguales: no hay seres superiores a otros. Solamente hay una excepción, las personas realmente buenas, ellas son superiores a las demás. Coincido con Beethoven, sólo la bondad es distintivo de superioridad. Creo que es importante recordarlo en un mundo en el que la superioridad se mide por el poder o la fuerza.
El bien moral de la bondad es superior a cualquier otro bien material o rango profesional. El símbolo de superioridad por excelencia es, sin duda, la bondad. Ni la riqueza, ni el rango intelectual nos hace superiores a los demás.
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