Palabras, palabras... Un diario dice en su portada que la mayoría fue “abrumadora”. “Aplastante” leo en el interior de otro. Y yo, que no me siento “aplastado” ni “abrumado” (tampoco soy aplastador ni abrumador), pienso, como el búho, que la lengua es el espejo del alma, Hermanos Franciscanos 08:52 Share to: Twitter Facebook URL Print Email Secciones: Padre Enrique Monasterio
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