Hoy hay dos post, el título así lo parecía indicar. Éste post, que después de escribirlo he estado por borrarlo. Y el post anterior a éste. Si a las diez líneas de leer éste post, notáis un ligero aburrimiento, pasad directamente al anterior a éste.
Para los cuatro gatos que leyeron enteros mi segundo post sobre Dios (el titulado Sólo Dios es Dios) un comentarista anónimo escribió algo realmente interesante que no se me había ocurrido:
In the mathematics of Set Theory it is possible to have certain kinds of numbers, called transfinite numbers, below which are infinitely many lesser numbers, and yet above which are infinitely many greater numbers. Thus it is quite possible that the angelic hierarchy has a distinct top (the four living creatures), and yet below that top there are infinitely many lesser angels.
¡Bravo! Es una solución tan elegante que no se me había ocurrido.
Tengo un conocido en Alcalá, Suso, que ha encontrado como muchas operaciones matemáticas regidas por unas determinadas normas siempre forman cruces numéricas. Me lo explicó un día con calma, papel y bolígrafo y quedé fascinado.
Sus operaciones llenaban páginas y páginas. Sus resultados eran incontestables. Realmente, la cruz inexplicablemente se forma en el mundo de las matemáticas, de un modo que no parece explicable. Después abrió una web explicando lo que había logrado tras tantos meses de cálculos. Por ejemplo, puede verse este link:
Después de escucharle, me quité el sombrero. Era impresionante. Yo conocía las formas que pueden lograrse con algunas derivadas, y sobre todo con el número pi. Pero lo que Suso me mostró era mucho más sorprendente que las formas de las derivadas.
De hecho, en Roma, una noche me pasé buscando nuevas operaciones que formasen cruces. Y con orgullo puedo decir que encontré unas seis muy interesantes. Pero el mérito era de Suso que fue el que me enseñó los patrones por los que se regían las cruces.
Yo que era un fanático del lenguaje de programación BASIC, me pasaba horas y horas buscando fórmulas para rotar en 3D figuras geométricas. Y os aseguro que esas fórmulas de Suso eran algo espectacular y casi diría que inexplicable en sus resultados.
Claro que eso planteaba una gran cuestión: ¿Dios podía modificar las matemáticas? En mi opinión, no. Siempre había estado seguro de eso. Pero allí estaban esas cruces en medio del mundo invisible de las matemáticas.
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