«Soy un cristiano hippy, ¿puedo hablar con usted?»

Un cabrero catalán que encontró 'Camino' en un basurero protagoniza esta rocambolesca historia, recogida en el libro «Compañeros de Camino».

En España existe una asociación llamada “Amigos del Paso de los Pirineos”, que organiza unas caminatas, a mitad entre excursión y peregrinación, sobre las huellas de aquella penosa travesía que san Josemaría emprendió con otras personas a través de la cadena pirenaica, durante la guerra civil española, para pasar de la zona donde la Iglesia era perseguida a un lugar donde pudiese continuar la labor de evangelización que Dios le pedía.


HABÍA ENCONTRADO EN UN BASURERO UN MONTÓN DE LIBROS QUE SE LLEVÓ A SU CASA. REVISÁNDOLOS, LE LLAMÓ LA ATENCIÓN UNO, QUE EMPEZÓ A LEER. SE TITULABA 'CAMINO'

Don Javier es sacerdote y vive en Valencia. En 2012 recorrió el Paso de los Pirineos con un grupo de jóvenes, compuesto en su mayor parte por candidatos al seminario, procedentes de Lérida, Tarrasa, Badalona, y Gerona. También había otros estudiantes.
Entre los caminantes se distinguía un hombre más mayor, de unos cuarenta y tantos años, que durante la primera jornada de marcha se presentó al sacerdote con las siguientes palabras:
–Mosén*, yo soy un cristiano hippy. ¿Puedo hablar con usted?
–Claro.
–Quiero contarle mi historia y explicarle por qué estoy aquí.
Me contó que vive en un pueblo abandonado del Pirineo, ocupado por unas pocas familias años atrás. Pocos meses antes, había encontrado en un basurero un montón de libros que se llevó a su casa. Revisándolos, le llamó la atención uno, que empezó a leer. Se titulaba Camino. Tanto le gustó, que decidió releerlo y subrayarlo. Y cambió de vida.
–Busqué información en internet sobre el Opus Dei y Josemaría Escrivá. No todas las páginas hablan bien de ustedes, mosén, pero no se preocupe, que me di cuenta enseguida de lo absurdo de ciertas cosas y solo leí las serias.
Aprendí que había que ir a Misa y empecé a ir todos los domingos a la del pueblo cercano. Después me preparé con un examen de conciencia para hacer la confesión. Luego, leí que convenía dedicar un tiempo a la oración y empecé a hacerlo. También el rosario y la lectura espiritual.
Yo lo escuchaba sorprendido.

¿ADMITÍS EN LA EXPEDICIÓN A UN CABRERO QUE VIVE CERCA DE AQUÍ? TENÍA ILUSIÓN DE CONOCER GENTE DE LA OBRA Y CURIOSIDAD PARA VER SI HABÍA PERSONAS QUE VIVÍAN LO QUE HABÍA APRENDIDO EN CAMINO

–Un día, vi en internet que se organizaba la travesía de los Pirineos con motivo del 75 aniversario del Paso. Llamé para ver si podía apuntarme: –¿Admitís en la expedición a un cabrero que vive cerca de aquí? Tenía ilusión de conocer gente de la Obra y curiosidad para ver si había personas que vivían lo que había aprendido en 'Camino'. Me dijeron que no había inconveniente y me apunté (…).
Tiene un rebaño de cabras que saca diariamente a pastar, está casado y con dos hijos. Y quiere hacer apostolado. Su actitud durante los seis días de marcha fue ejemplar».

Tratamiento que se utiliza antepuesto al nombre propio de los sacerdotes, principalmente en las regiones españolas de Cataluña y Aragón.
opusdei.es
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El relato forma parte del libro electrónico «Compañeros de Camino», que puedes descargar gratuitamente en varios formatos. También puedes leer otras Historias de Camino.

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