Para que no quede ninguna duda acerca de la discusión planteada en el blog, aquí está el texto en latín de la bula de Paulo IV:
…seu etiam Romanum Pontificemante eius promotionem…
Ese tema está zanjado. Y más si consideramos que en 1917 bajo Benedicto XV quedó abrogada esa bula. Si la última razón para el cisma es una bula abrogada, pues vamos bien, señor Galat.
Lo digo porque su programa se basaba en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (de 22 de febrero 1996) y en la bula Cum ex apostolatus officio de Paulo IV. La primera, como ya mostré, dice justamente y de forma expresa lo contrario de lo que dice Galat. Y la segunda está abrogada. No es de extrañar que los lefebvrianos se hayan arrojado por la borda del barco de Galat antes que seguir en un barco que flotaba tan bien como el Titanic.
Pasemos a otro asunto, éste no da más de sí. Sin embargo, en medio de comentarios sin sustancia, sí que otro comentarista, Ivan Ricardo, hizo un comentario inteligente que merece ser abordado:
Hola Padre Fortea, bendiciones. Vivo en Colombia. He seguido sus obras y comentarios de forma constante. Sin embargo me gustaria leerle sobre los temas de fondo. Es decir, no si el papa francisco es o no legitimo, es claro que lo es, decir que ss bendicto xvi no renuncio en verdad, es acusarlo de mentiroso. El tema no es ese en verdad. El tema real es: la dubia, (…). Son estos temas en los que se requiere claridad. Mil gracias.
Bien, ese tema sí que es un asunto profundo que no lo he obviado. Lo abordé hace tiempo en este blog, en más de seis u ocho posts. Es un tema que prefiero no tratar aquí en profundidad, porque requeriría una precisión en los matices que nos llevaría a emplear muchos posts.
Pero baste decir que es posible ser fiel al magisterio del Papa Juan Pablo II y al magisterio Papa Francisco. No hay por qué elegir. En Amoris Laetitia no hay ninguna herejía. Es posible una aproximación sanamente critica a Amoris Laetitia , pero ésta debe hacerse por parte de los grandes teólogos. Un análisis profundo que sea constructivo sólo lo pueden hacer quienes realmente pueden aportar algo de verdad.
Pero está claro que no hay ninguna herejía. Sólo una nueva aproximación a un problema pastoral indudable. El asunto se podría condensar en estas palabras del Papa en la parte más controvertida de la encíclica, el resaltado en color es mío:
Pero de nuestra conciencia del peso de las circunstancias atenuantes —psicológicas, históricas e incluso biológicas— se sigue que, «sin disminuir elvalor del ideal evangélico, hay que acompañar con misericordia y paciencia lasetapas posibles de crecimientode las personas que se van construyendo día a día», dando lugar a «la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible».
Y un poco más adelante:
Los pastores, que proponen a los fielesel ideal plenodel Evangelio y la doctrina de la Iglesia, deben ayudarles también a asumirla lógica de la compasióncon los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros o impacientes.
Publicar un comentario